Tipos de docentes: ¿existe realmente el profesor ideal?

  • Por Ingrid Mosquera Gende
  • Opinión

Ingrid Mosquera Gende

Profesora adjunta en la Universidad Internacional de La Rioja. Dpto. Inglés. Facultad de Educación. Doctora en filología inglesa. DEA en Psicología de la Educación. Postgrados en Alteraciones de la Audición y el Lenguaje y en Estrategias de Aprendizaje. Máster en Docencia Universitaria.

De forma genérica, se pueden reconocer tres tipos de docentes:

  • Los pasotas: que no exigen nada ni se exigen nada a ellos mismos, conllevando un aprendizaje nulo. Podrían estar en cualquier otro trabajo, sería lo mismo, no presentan motivación ni vocación.
  • Los superiores: que exigen mucho, aunque ellos no se esfuerzan, suponiendo un aprendizaje negativo, pues su falta de interés y su poca implicación dan lugar a una cantidad de suspensos elevada y a una inevitable frustración. Muchos de estos docentes, incluso, identifican un mayor número de suspensos con un mayor prestigio de la asignatura. A menudo, en sus exámenes se pueden encontrar cuestiones no explicadas y preguntas inesperadas o planteadas de un modo extraño.
  • Los exigentes: que exigen a sus estudiantes pero también se exigen mucho a ellos mismos. Se podría decir que en esta intersección de iguales es donde la verdadera enseñanza y aprendizaje tienen lugar. Hay que tener cuidado de no desembocar en una exigencia exagerada, ni con los alumnos ni con nosotros mismos.

Tipos de docentes

Además de la anterior clasificación, que se presenta como básica, existen más posibilidades, teniendo en cuenta otros aspectos:

  • Profesor presentador: en sus clases solo habla él, son clases magistrales y expositivas. Suele coincidir con el perfil de profesor controlador, poco propenso a promover las preguntas o las intervenciones de los estudiantes. Desea dar su explicación y abandonar el aula. Suele llevar emparejada una inclinación hacia los exámenes finales y hacia una evaluación sumativa.
  • Profesor tecnológico: las nuevas tecnologías son la base de su metodología. Aprovecha la evaluación y los cuestionarios online para poder hacer un seguimiento de los avances y la comprensión de sus alumnos. Igualmente, fomenta la autonomía de sus estudiantes por medio de recursos digitales.
  • Profesor interactivo: el trabajo en grupos cooperativos es fundamental en su metodología. La coevaluación y la autoevaluación están presentes como parte de su planteamiento docente. Puede promover el trabajo por proyectos, entre otras posibilidades colaborativas.
  • Profesor social: conecta sus clases con la actualidad, buscando la formación global de su alumnado. Los debates, la lluvia de ideas, el pensamiento crítico o el aprendizaje-servicio tienen cabida en su metodología. Lleva noticias a su aula, interesado en la formación cívica, empática, solidaria y reflexiva de sus estudiantes.
  • Profesor innovador: emplea nuevas metodologías en el aula. Otorga gran importancia al empoderamiento de sus alumnos, con metodologías activas que sitúan al estudiante como protagonista de su propio aprendizaje. Busca sorprender en cada clase, variar y desarrollar en los alumnos competencias de organización y adaptación. En exceso, puede llegar a provocar estrés en los estudiantes, por resultar caótico o parecer descontrolado con sus constantes cambios.
  • Profesor distante: no desea crear ningún tipo de vínculo afectivo con los alumnos. Relacionado con el profesor presentador. Sin interés, únicamente acude a hacer su trabajo. Contagia su apatía e indiferencia a los estudiantes.
  • Profesor amigo: se muestra como colega, se preocupa más por la formación personal de los alumnos que por los contenidos. Desea dejar huella en sus estudiantes, ayudarles a formarse para la vida. Relacionado con el profesor social.
  • Profesor obediente: cumple al cien por cien con las normas indicadas en el currículum y en las leyes. Sigue el modelo y la programación que se le indica a raja tabla. No hay adaptación a los alumnos ni a las circunstancias concretas del contexto educativo en el que se halla inmerso. No contempla la posibilidad de saltarse el guión. Cualquier variación puede suponer una fuente de estrés.
  • Profesor apasionado: profesor que ama su trabajo, a veces hasta la obsesión, desea ayudar a sus estudiantes en todos los ámbitos. Volcado un 200% con su profesión, que es su vida. Debe controlar un posible exceso de implicación personal.

A todo esto hay que añadir que el profesor puede ser, fundamentalmente, positivo o negativo ante los progresos de sus alumnos. Como se suele decir, probablemente ningún extremo es bueno. La virtud está en el punto medio: realismo con un toque de positivismo.

¿Y cuál es el mejor de todos? ¿Son unos malos y otros buenos? ¿Te ves reflejado en alguno de ellos? ¿De cuál nos hemos olvidado? ¿Podemos o debemos cambiar nuestro modelo? Personalmente creo que, como ya se indicaba en el caso de las metodologías, salvo excepciones obvias, no hay ninguno que sea bueno o malo por definición, dependerá del profesor, de los alumnos y del contexto de enseñanza y aprendizaje concreto.

Si tuviese que definir al profesor ideal, lo definiría como el profesor adaptativo, capaz de adaptarse a las circunstancias de sus estudiantes y a los recursos de los que dispone. Capaz de adaptarse, sobreponerse y superar las adversidades diarias, por ejemplo, cuando llega a clase y todo lo que tenía preparado para su pizarra digital no funciona, o se ha caído internet, o quiere hacer grupos y hay siete alumnos menos en el aula, o tiene menos tiempo porque el profesor anterior no acabó a su hora. El docente perfecto debe ser un gran observador, capaz de adaptar el ritmo de la clase y las actividades a las necesidades que vaya notando en el transcurso de la sesión, teniendo un plan b y un plan c, con ingenio e imaginación, debe ser creativo y resolutivo. El profesor ideal es el que se mantiene al día de las innovaciones educativas y de las nuevas metodologías, pero incorporándolas únicamente cuando realmente tienen cabida y sentido, formándose constantemente, deseoso de aprender de sus compañeros y de sus alumnos y de colaborar y compartir con ellos sus ideas. Es el docente que se esfuerza, el que da lo mejor de sí mismo, hace reflexionar a los estudiantes, despierta su curiosidad y les ayuda a construir su propio conocimiento y a defender sus opiniones, haciéndoles también capaces de reconocer sus errores y de poder cambiar de parecer. Es empático, forma alumnos solidarios y vinculados al mundo en el que viven, conocedores de las competencias digitales y con interés por el aprendizaje. El profesor ideal eres tú, no lo dudes.

Comentarios(14)

  • Robinson Robles

    Me parece una clasificación ilustrativa, creo que a los humanos nos gusta clasificar, pero en este caso es complejo hacerlo pues creo que los docentes tenemos combinaciones como bien lo relata al finar la autora.

  • Un buen docente debe observar las necesidades de sus alumnos, ser creativo y resolutivo.

  • Estoy deseando que finalice el curso, por el trato y el mal ambiente que hay en el aula.

  • Jhesica Sequeiros Mamani

    Cuales son las fuentes de donde saca esta información?

  • Hola pienso que Docente ideal seria aquel que es humanista y con amor a su carrera, tolerante, y no pone barreras ante sus estudiantes ama sus labores diarias y jamas pone quejas de sus alumnos ayuda a construir a comprender.

  • ingrid mosquera gende

    Muchas gracias por todas las aportaciones!
    Agradezco vuestras palabras!

  • No sé si existe el profesor ideal pero en la web VotatuProfesor puedes votar y dejar un comentario sobre su forma de trabajar.

  • Me encantó. Felicitaciones.
    Al principio comencé a ubicar algunos rasgos en una y otra definición. Al final me sentí satisfecha al notar que cada día intento ser la profesora adaptativa.
    Educadores como tú me motivan a continuar cada día.

  • Muchas gracias por los comentarios!
    Creo que muchos de nosotros hemos tenido, y sufrido, muchos de esos tipos de profesores…
    Sin duda compartir y aprender unos de otros es fundamental…
    Un saludo
    Ingrid

  • jose teodoro choez villafuerte

    Me parece muy interesante este artículo de usted Dra Ingrid Mosquera ya que necesitamos los docentes orientaciones diaria que no lo hacemos entre compañeros/as de las instituciones educativas para aprender de cada uno de nosotros es necesario la convivencia diaria expresando su experiencia en el aula para poder comparar,aplicar nuevas técnicas de aprendizajes que se facilitan si compartimos lo que diariamente vivimos y tener mas clara la visión de como trabajar mejor con nuestros alumnos aplicando todo lo que esta al alcance nuestro sin dejar de experimentar cualquier técnica para aplicarla con nuestros educandos o lo que no se intenta no se descubre aunque se cometa errores de eso se trata el aprendizaje

  • Gracias a ti Ingrid por dedicar tiempo y compartir este análisis tan minucioso y a la vez tan acertado. A mi, en mi etapa de estudiante me tocó un poco jaja. Recuerdo con bastante cariño a un profesor que aunque distante luego era muy exigente, todo un cabr**azo, pero a diferencia de muchos otros y otras profesoras legal en cuanto a la nota.

  • Muchas gracias por vuestros comentarios Juana y Leticia!
    Me alegra escuchar que habéis encontrado el artículo interesante.
    Un placer aprender juntos!

  • Alentadora nota para todo docente. Creo que uno de los mayores desafíos de todo docente es el trabajo personal que exige el llevar el desafío de enseñar y relacionarse con personas, cada una tan única y diferente. Trabajo personal para trabajar la tolerancia a la frustración, por ejemplo porque no todos los alumnos son igualmente receptivos; la paciencia y sobretodo la seguridad en uno mismo, para confiar en que al menos dando lo mejor de sí ya se está enseñando con un ejemplo de convicción, esfuerzo y pasión.

  • LETICIA BARRERA

    Excelente artículo, FélicidadeS a la Dra. Ingrid Mosquera Vende; realmente me ha hecho reflexionar e intentaré adoptar lo necesario de cada tipo de docente para lograr los objetivos de aprendizaje con los alumnos!!!

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