¿Qué le impulsó a relacionar sus estudios con la educación?
Me invitaron a dar una conferencia dirigida a profesores, pero respondí a los organizadores que no era especialista en educación. A pesar de ello, me dijeron que sería muy interesante conocer mis investigaciones y estudios. Finalmente acepté y descubrí un gran interés y reacciones muy positivas de los maestros sobre lo que les estaba contando. Además, pude observar que mis conclusiones sobre la memoria les resultaban muy novedosas, y acabé convenciéndome de que mis trabajos podían ayudar a profesores y estudiantes. Esta experiencia me hizo pensar que tenía cosas que aportar, lo que motivó que me encaminara hacia el mundo de la educación.

 ¿Sus estudios tienen una aplicación real al mundo educativo?
Creo que sí la tienen, pero intento ser muy cauteloso, ya que es necesario tener en cuenta distintas variables. Las investigaciones no se realizan en un aula y, por tanto, factores como la motivación o la atención, que influyen decisivamente en el entorno escolar, pueden distorsionar la investigación. En el lugar donde llevamos a cabo los estudios eliminamos estas variables para podernos centrar exclusivamente en la memoria. Hacemos que la motivación no sea un problema remunerando a las personas que participan en los estudios y nos situamos en una habitación pequeña, exenta de cualquier elemento que pueda desviar la atención. Este escenario no se consigue en un aula, por lo que no podemos asegurar que podamos obtener los mismos resultados en entornos no tan controlados.

Usted considera que los modelos educativos no existen, ¿depende de la habilidad del profesor que los niños aprendan mejor o peor?
Un día, siguiendo una discusión en Twitter sobre los métodos de aprendizaje para leer, me di cuenta que la gente comentaba de forma que parecía que el maestro no tuviera ninguna incidencia. Pienso que los modelos educativos son importantes y cuando decía que no existen, me refería que no pueden desarrollarse solos, es necesaria la habilidad y la adaptación de cada profesor para que sean efectivos. El docente es fundamental, ya que puede aplicar un método, pero el aprendizaje no es algo matemático sino que depende de muchos factores y la manera en que intervienen los profesores es esencial

¿Qué otros factores intervienen en el aprendizaje?
Primero debemos definir lo que entendemos por aprendizaje, pues no solo implica los exámenes que realizan los estudiantes en el colegio, sino que va mucho más allá. Un factor que considero clave es lo que sucede en casa. La actitud de los padres frente a la escuela es determinante para el aprendizaje de sus hijos ya que pueden ayudar y motivar en este proceso.

¿Qué alternativa propone a los modelos educativos?
Mi propuesta no es una alternativa a los modelos educativos, sino una combinación de estos con los conocimientos del profesor. Me refiero a que los modelos educativos son científicos, y que debemos utilizarlos, ya que resultan útiles para saber cómo aprenden los niños. Pero es necesaria la aportación del maestro a partir de una información que tan solo él conoce. El modelo educativo puede ser la brújula que estipula la dirección a la que dirigirnos, pero no tiene en cuenta factores como la motivación o las preferencias de los niños, factores fundamentales a la hora de aplicar modelos educativos. La intervención de los profesores posibilita un tipo de enseñanza mucho más personalizada.

A su parecer, ¿enseñar es un arte o una ciencia?
Es una pregunta complicada, ya que no sé qué es el arte realmente y, por tanto, me siento un poco incómodo hablando de algo que desconozco. He pensado mucho sobre la ciencia y la educación, como ya he comentado anteriormente. Definitivamente, siento que la ciencia puede aportar información muy útil a la enseñanza, pero a su vez no puede marcar estrictamente a los profesores. Tenemos que pensar realmente, qué queremos que hayan aprendido los niños y niñas cuando terminan la enseñanza obligatoria, ya que mucho por lo que se van a guiar no tiene que ver tanto con la ciencia, sino por sus sentimientos, y la enseñanza también tiene que tener en cuenta este aspecto. Por eso pienso que enseñar tiene una parte de “arte” ya que no todo el proceso de aprendizaje puede analizarse científicamente.

¿La lectura es una actividad humana natural? ¿Cómo explica que los niños necesiten instrucciones para leer?
Leer definitivamente no es una actividad natural, ya que si así fuera, no necesitaríamos instrucción para aprender. Los niños consiguen andar o hablar simplemente observando a personas de su alrededor. Solemos subestimar estas actividades que realmente son complicadas porque como humanos las hacemos de manera natural, sin ser conscientes de su dificultad. Posibilitar que un robot entienda un idioma o que camine es muy difícil, mucho más que conseguir que juegue al ajedrez, por ejemplo. La escritura surgió hace varios miles de años, por lo que la mente humana no ha tenido tiempo de evolucionar para especializarse en la lectura, y convertirla en una actividad natural.

¿Por qué es importante fomentar la lectura entre los niños?
Estoy de acuerdo en alentar a los niños a leer, pero muchas veces las razones que nos impulsan a hacerlo no son las adecuadas, ya que el objetivo no tiene que ser únicamente el de mejorar su rendimiento en el colegio. Escribí un libro sobre los niños que leen en casa, y reflexione mucho sobre este tema porque yo quiero que mis hijos lean, pero no para tener un mayor rendimiento académico, sino porque para mí es un placer y quiero que ellos también lo experimenten, es un valor familiar. Si conseguimos transmitir la pasión por la lectura, la mejora en el rendimiento escolar vendrá asociada.

¿Los padres deben implicarse en fomentar esta cultura?
Si realmente quieren que sus hijos se aficionen a la lectura, son absolutamente esenciales y pueden fomentar este hábito de manera muy sencilla. Hay algunos niños que descubren la lectura por su cuenta, pero que si la “cultura por leer” está integrada en su hogar será mucho más fácil que se aficionen por mimetismo.

Por último su libro, The Reading Mind ¿puede ser una guía para los profesores?
El libro no está escrito con la finalidad de ser una guía, aunque sí una fuente de conocimiento y apoyo, pero no tan solo para maestros sino para todo aquel que esté interesado en ayudar a niños a leer. El verdadero propósito es poder explicar que ocurre en la mente de un niño cuando está aprendiendo a leer, para que los profesores puedan entender el proceso y el mecanismo que sigue el cerebro en esta fase de aprendizaje.


Si te ha gustado la entrevista a Daniel Willingham, no te pierdas la de Larry Rosenstock: “Los alumnos recuerdan al docente que les enseña a pensar”.

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