Aprovechando la infinita curiosidad de las personas

María Luisa Rodríguez Moreno

Creó la cátedra de Orientación Vocacional y Formación Profesional de la Universidad de Barcelona. Más de 30 publicaciones, colaboraciones en revistas y en equipos de investigación avalan su trayectoria complementada con la dirección de colecciones de educación en distintas editoriales y asesorías para la Comunidad Europea.  

En este primer decenio del siglo, la Comunidad Europea ha ido ofreciendo a los políticos de la educación a todos los niveles varias recomendaciones centradas en la formación de competencias. Se pueden consultar variados documentos clave que sintetizan cuáles son las competencias transversales o genéricas y cuáles las técnicas, y cómo el colectivo de docentes puede ponerlas en práctica e implementarlas mediante diferentes metodologías didácticas.

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Numerosos teóricos del campo de la pedagogía y de la psicopedagogía han publicado artículos y libros acerca de competencias transversales como: trabajo en equipo, autonomía responsabilidad, pensamiento crítico, toma de decisiones, la creatividad e innovación, etc. Y sobre competencias básicas, además de las técnicas propias de cada oficio o profesión. En España, poco se ha hecho acerca de la competencia que las preside a todas (la denominada metacompetencia o competencia estratégica). Es decir, aprender a saber, aprender a aprender, en el más puro estilo socrático, es un aprendizaje de tercer nivel.

Querer aprender-a-aprender es el símbolo de la eterna curiosidad del ser humano. Aspecto éste que debe ser aprovechado por los equipos docentes de cualquier sistema o grado. Aprender conscientemente es, de alguna manera, una característica de la condición humana. Aprender-a-aprender es la habilidad para perseguir y persistir en el proceso aprendiz, regulando el propio aprendizaje, gestionando el tiempo y la información, identificando oportunidades y superando obstáculos para conseguir saber cómo se llegó a la verdad.

Aprender a aprender es un concepto complejo. Se trata de poner en marcha el cuestionamiento de las normas de aprendizaje convencionales, conocer los marcos de referencia, examinar reflexivamente acciones y comportamientos, para acabar construyendo uno mismo nuevos referentes. El aprendizaje deviene así una manera de practicar la reflexión a modo de instrumento analítico de todo el proceso.

En el libro La pasión por aprender a aprender, que acabo de publicar (Editorial Laertes, 2015) paso revista a las definiciones de la competencia estratégica hechas por investigadores europeos y españoles y propongo un modelo –transferible a cualquier situación- con el ejemplo de una mujer que pretender llegar a ser líder política y que, justamente, desea saber cómo está aprendiendo la competencia de liderazgo. En la bibliografía y la webgrafía doy pistas para replicar ese modelo.

¿Os animáis a echarle un vistazo? ;)

Comentarios(3)

  • Para desarrollar esta habilidad, debemos fortalecer la autonomía y la confianza en uno mismo. Un alumno inseguro o sin autoestima difícilmente podrá practicar el aprender a aprender.

  • Aprender a aprender he considerado que es una competencia entre estudiar con la ayuda de profesores en una escuela con ayuda de ideas entre compañeros, con cambios de ideas, saber cual de esas ideas es la mas adecuada o estudiar por uno mismo, buscar que libros son los adecuados, crear nuestro propio aprendizaje nosotros mismos si la ayuda de nadie pero a donde tenemos que llegar es… ¡aprender o aprender!
    Me llama mucho la atención este tema, para mi es muy bueno.

  • Aprender a aprender la he considerado siempre una competencia primordial e imprescindible que se ha de desarrollar en el aula, pero que lamentablemente no se lleva verdaderamente a cabo en todos los colegios. Es más sencillo que el profesor te dé el temario y tú te lo estudies, que organizar el aprendizaje para desarrollar esta competencia, ya que implica a aprender a construir tu propio aprendizaje.

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