En este 2017 se celebra el 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma. ¿Cuál es su valoración?
Han sido más las expectativas que la realidad. El Tratado de Roma se basaba en unos valores. Europa representaba un continente faro que tenía la cuna de la democracia en su territorio. Pero la evolución ha sido mucho peor de lo esperado, porque no se ha logrado una unión social, ni cultural, ni económica o política siquiera. Se ha conseguido únicamente una unión monetaria.
También se cumplen 30 años del programa Erasmus. ¿Qué importancia cree que tiene el programa Erasmus en la formación?
Creo que es muy importante el programa Erasmus y que se haya establecido el European Research Council. Pero para mí la educación no es dar facilidades a unos estudiantes para que vayan de un lugar a otro, que también. La educación es formar a personas libres y responsables, algo que no hay que confundirlo con capacitación. Y en Europa lo estamos confundiendo mediante los informes PISA y todos estos informes de instituciones económicas.
Ya que pone hincapié en la diferencia entre educación y capacitación, ¿cómo define usted la educación?
Para mí educación es aprender a ser. Aprender a ser un ser humano único, capaz de ejercer las cualidades distintivas de la raza humana. Y estoy muy preocupado porque veo que vamos por otros caminos. Vamos por el camino de únicamente pensar en la formación digital, que es muy importante, pero sobre todo hay que aprender a ser libres y responsables.
Según usted, faltan referentes éticos en la Unión Europea. ¿Dónde debemos buscar esos referentes?
Tenemos muchos referentes, desde la Carta de las Naciones Unidas y la Constitución de la UNESCO de 1945, a la Carta de la Tierra y la Carta de Derechos Fundamentales del año 2000. Si algo tenemos son excelentes referentes. Lo que pasa es que los miopes que solo buscan los intereses cortoplacistas están olvidándose de lo que es educación.
¿Y cuál debería ser el papel de los organismos supranacionales en la educación?
El que se ha marginado progresivamente. El diseño de Roosevelt del año 1944 era una maravilla. Todos unidos y con una institución que nos dé su valoración y su consideración de los temas relativos a la salud, a la alimentación, a la educación, etcétera. Pero cada día mueren miles de personas de hambre al tiempo que invertimos en gastos militares. Esto es un problema de educación.
La Constitución de la UNESCO en su artículo 1º llama a una educación que debería promover una ciudadanía libre y responsable. ¿Cómo debería hacerse esto?
En el año 1992, cuando era director de la UNESCO, encargué al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que presidiera una gran comisión de pedagogos, maestros y profesores de diversos grados para que hicieran un informe sobre la educación del siglo XXI. Las conclusiones fueron claras. Lo primero es aprender a ser libres y responsables. Y aprender a actuar en virtud de las propias reflexiones. Por eso, lo que tenemos que hacer es más filosofía, más enseñanzas artísticas y más creatividad.
Entonces hay que reclamar la importancia de la cada día más denostada filosofía.
Claro. ¿Cuáles son las características propias del aprender a ser un ser humano pleno? Reflexionar, imaginar, anticiparse, innovar y crear. Cada ser humano es un ser creador, lo que tenemos que hacer es darle este valor.
Se está produciendo en Europa una sustitución de valores éticos por valores mercantiles, ¿está calando esta sustitución también en la educación?
Claro que está calando. Como indicaba antes, Europa solo ha sido capaz de hacer una unión monetaria, estamos unidos solo por el euro. Tenemos que estar unidos primero por los valores que tan bien ha redefinido la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE del año 2000. Pero si esto no lo adoptamos, no aprenderemos a ser, sino a tener. Aprenderemos a ser buenos consumidores, y a estar callados y ser espectadores impasibles.
¿Y cómo se puede contrarrestar esta ola mercantilizadora?
Solo lo puede contrarrestar la gente. Lo único que puede corregir las actuales tendencias somos nosotros, los pueblos. Por eso, hablar de educación en Europa es hablar de la única solución posible. Pero tienen que activarse los grandes clamores populares, tenemos que decir que hay que corregir las actuales tendencias rápidamente.
Ha escrito multitud de artículos interpelando a la comunidad educativa y científica para que abanderen un cambio de dirección de la sociedad y sus políticas desde la educación. ¿Cree que es desde este ámbito desde el que debe impulsarse este tipo de cambios?
Sí. ¿Quién debe movilizar? Las personas que, por su profesión, saben hasta qué punto cada ser humano es capaz de crear y de hacer su propio diseño de futuro. ¿Quién tiene que activar una implicación popular? Todos aquellos que saben que lo más importante de un ser humano no es tener una capacidad u otra, sino conservar estas capacidades que nos distinguen y, especialmente, la capacidad de imaginar y de innovar.
Siempre me gusta repetir que el porvenir está por hacer. El pasado ya está hecho. Hay que sacar las lecciones del pasado, pero el porvenir está por hacer. Así que, ¡vamos a hacerlo!
En un contexto en el que los estados están aumentando su presupuesto para armamento y aumenta también el apoyo a partidos e ideologías basadas en el racismo, ¿qué espacio le queda a la educación para la paz?
Cada día es más importante. No podemos esperar ya nada de los líderes de Europa, que son los que se gastan 4000 millones al día en armas. En la campaña llamada Desarme para el desarrollo pedimos el 10 por ciento del gasto militar para lo que se llaman “prioridades” de las Naciones Unidas: la alimentación, el acceso al agua potable, los servicios de salud, el cuidado del medio ambiente y la educación. Para todo eso, bastaría con el 10 por ciento de lo que se está invirtiendo en gasto militar. Pues ni eso nos dan.
Estamos escribiendo un libro sobre personas que han despertado a la conciencia, nos gustaría contar con usted. Dejo mi teléfono 627312883 para explicarlo . Gracias. Un abrazo en sincronía
Creo yo la frase está bien acuñada “Hay que aprender a ser libres y responsables”. Entonces la tarea es de los docentes y líderes que realmente quieren una sociedad equilibrada, principalmente con una educación ambiental. Gracias.
Felicito el criterio de Federico Mayor. Es un criterio del deber ser de la responsabilidad social para con la educación, que el sistema mercantilista del capitalismo salvaje no lo entiende o no lo quiere entender porque sólo tienen interés en ganar. Me pregunto y le pregunto a esa gente, aunque nunca leeran este espacio, cuando se mueran dónde van a llevar todo lo que a costa de la vida de millones de personas han “ganado” ? Acaso no terminamos todos bajo tierra? y sólo con aquello que los vivos que están a nuestro lado quieren dejarnos usar? ¡Hasta cuándo tanta brutalidad de los negociantes de armas, de drogas, de todo tipo de tráfico o acaso no es el mismo pulpo con varios brazos?
¡Sólo la educación comprometida con romper el sistema del capitalismo salvaje nos puede salvar! Pero sigamos, como Fedirco mayor y el puñado de luchadores con pluma trabajando abajo, en la escuela, para si no romper, por lo menos desgastar al capitalismo salvaje!