El cómic es un medio artístico infravalorado e infrautilizado en la educación. Tradicionalmente se ha utilizado como actividad creativa, con nuestro alumnado teniendo que crear viñetas. Indudablemente es una actividad valiosa que pone en práctica muchas de las competencias que debemos trabajar con nuestros alumnos y alumnas; pero el cómic es un medio tan versátil que nos ofrece muchas más opciones. Una de ellas, que genera cada vez más interés entre los y las docentes, es el uso del cómic como herramienta didáctica para enseñar historia.

En las últimas décadas, aunque en determinados ámbitos aún perduren ciertos tópicos, el cómic ha dejado atrás su consideración como mero entretenimiento infantil para consolidarse como un medio de expresión de primer orden. Si nos centramos en la temática histórica, hay una obra que marca un punto de inflexión: Maus de Art Spiegelman. Retrata el horror del holocausto y la relación entre la memoria y la historia de manera formidable, pero además consiguió un prestigio y un reconocimiento cultural  – ganó un Premio Pulitzer – decisivo para entender el cómic de las últimas tres décadas. Desde Maus – y hablando de nuestro cómic, desde Paracuellos – han sido cientos los cómics que han hablado del pasado.

Pero, ¿qué virtudes hacen del cómic un medio tan interesante para enseñar historia?

• El lenguaje del cómic, con su combinación de texto e imagen permite transmitir una gran cantidad de información de una forma muy eficiente. El hecho de que este lenguaje sea conocido por la mayor parte de los y las estudiantes, permite que la lectura sea sugerente y atractiva.
• El exhaustivo proceso de documentación que generalmente llevan a cabo autores y autoras, consigue que el cómic nos sumerja en el pasado de forma muy inmersiva. A diferencia de otros medios, el cómic consigue de forma muy barata una reconstrucción histórica completa, desde las historias más íntimas hasta las grandes batallas aéreas o navales; desde el vestuario o los objetos cotidianos hasta el urbanismo o los paisajes.
• La implicación personal de autores y autoras con lo narrado en sus obras. El dibujo es una práctica totalmente subjetiva y este factor implica que la visión del pasado que muestran las viñetas sea una visión muy personal que facilita la identificación con los personajes y, por tanto, que ayuda a trabajar la empatía histórica, uno de los aspectos claves de nuestras clases. La empatía histórica se ve reforzada por otro elemento esencial, ya que en multitud de casos, empezando por las obras citadas anteriormente, los y las dibujantes narran hechos que conocen de primera mano: los recuerdos de sus padres, vivencias personales, situaciones familiares…
• La gran diversidad existente entre los cómics históricos. Con una pequeña búsqueda seremos capaces de encontrar obras situadas en cualquier período histórico que deseemos trabajar en el aula, desde la Prehistoria (en este enlace os podéis descargar la guía didáctica de Otzi. Por un puñado de ámbar, que permite trabajar el Neolítico y la Edad de Cobre) hasta el pasado más reciente. La variedad también es fácilmente observable si nos fijamos en otras características: historias cortas y obras de centenares de páginas; biografía, autobiografía, ficción histórica o periodismo en viñetas; realismo y caricatura; blanco y negro o color… Las opciones son prácticamente infinitas. A modo de ejemplo, tan solo centrándonos en la historia contemporánea, en Historia y Cómic he reseñado en los últimos años más de 120 obras que considero de calidad suficiente como para ser utilizadas en el aula.

Como docentes de historia estamos cansados de que nos digan “esto lo podrías usar en clase” y que seamos nosotros quienes tengamos que crear de cero los recursos en el escasísimo tiempo del que disponemos. Por ello, ¿qué tipo de actividades podemos realizar con los cómics para enseñar historia? La versatilidad del medio nos ofrece múltiples opciones: desde actividades más analíticas (cuestionarios de seguimiento, comprobación de la veracidad histórica, explicación de causas y consecuencias, comprensión del contexto histórico…) hasta las más creativas (entrevista al autor o autora o a los personajes, final alternativo, narración de una historia familiar similar a la del cómic, investigación histórica de algún elemento…).  

Todos estos factores son los que me hicieron empezar a utilizar los cómics en mis clases. Gracias a ello pude publicar un libro para el Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya y ahora, mediante un campaña de micromecenazgo estoy tratando de publicar la edición en castellano. Memoria y viñetas. La memoria histórica en el aula a través del cómic es una obra pensada para docentes que quieran aprovechar el cómic en sus clases para tratar la historia de España en el siglo XX. Consta de una parte introductoria para conocer el cómic como medio, con artículos de Gerardo Vilches sobre su historia y de Pepe Gálvez sobre su lenguaje; dos artículos que reflexionan sobre las relaciones entre memoria y cómic, uno con perspectiva de género a cargo de Elena Masarah y otro mío donde propongo un recorrido por las diferentes formas en que el cómic ha representado la historia.

Como eje central de la obra están las 12 propuestas didácticas basadas en obras del nivel de El arte de volar, Los surcos del azar, Doctor Uriel o Estamos todas bien. Son propuestas didácticas con actividades ya preparadas para utilizar en el aula, que además buscan sinergias con otros recursos para trabajar la memoria histórica, como por ejemplo documentales o artículos periodísticos. El objetivo del libro es doble: por un lado, situar nuestro pasado reciente en el centro de nuestras clases y que el alumnado sea consciente de la realidad de la guerra civil y la dictadura; y por el otro, contribuir a la aceptación del cómic como un recurso didáctico con un gran potencial, de modo que cada vez más docentes lo aprovechemos en el aula.

Conocer el pasado es imprescindible para comprender el presente y las viñetas pueden ser un gran aliado para llevar a cabo esta labor. Probadlo y no os arrepentiréis.