¿Alguna vez os ha ocurrido?
Desmotivación y fracaso escolar, bajo rendimiento académico, número elevado de alumnos por aula, diferente procedencia cultural, necesidades educativas diferentes… Las causas que dan origen a la conflictividad escolar son múltiples y las respuestas escasas. A menudo, no sabemos cómo abordar determinados problemas que nos impiden desarrollar nuestra labor docente con el éxito que desearíamos.
La mayoría de nosotros, desgraciadamente, ha experimentado en algún momento de su carrera la sensación de impotencia que produce una falta de convivencia en clase. Algunos grupos se convierten en subgrupos rivales entre sí, a veces se le hace el vacío a un compañero, otras veces las emociones desbordan el aula en forma de alaridos, insultos, incluso agresiones físicas. Así es imposible aprender nada.
Tras mucho experimentar, me atrevo a recomendaros algunas pautas para que cualquier colega docente pueda desarrollarlas con éxito en su centro y mejorar el ambiente en clase.
Atención: no hace falta tener conocimientos musicales. Sí hace falta mucha paciencia, música grabada, ritmo, sentido del humor, perseverancia y buena voluntad.
¿Qué hacemos?
No se trata tanto de qué hacemos para enfrentarnos a los casos de violencia, como de qué hacemos para convertir nuestros centros en espacios adecuados para el aprendizaje de la convivencia.
Ante la realidad con la que nos encontramos diariamente en clase, necesitamos nuevas alternativas que apacigüen el ánimo de los adolescentes, técnicas que favorezcan el autocontrol y la canalización de tensiones en lugar de recurrir continuamente a jefatura de estudios para que aplique la represión, el enfrentamiento directo, las expulsiones de clase o del centro y el sabor amargo que conllevan todas estas medidas.
Os propongo llevar a cabo una rutina basada en técnicas de musicoterapia adaptadas al ámbito escolar desde que comenzamos el curso con los chavales:
1. Observación e identidad sonora
A través de la indagación y determinadas encuestas, podemos identificar la identidad sonora de nuestro alumnado y trabajar a partir de esa conexión tan íntima que existe entre la música y nuestras emociones. Una vez que nuestro público cautivo tiene los vellos de punta a causa de lo que está escuchando, ya estamos listos para crear un vínculo con ellos, estamos moviéndonos con el mismo compás.
Seguidamente, tendremos que identificar cómo respira el grupo: personalidades afines y discordantes, elementos aislados, líderes positivos y negativos, subgrupos, historia, acontecimientos que hayan dejado huella, necesidades, gustos y disgustos… Comienza la primera parte: conocernos, que nos conozcan, sentar las bases de la clase y marcar los límites antes de poner en práctica las dinámicas de grupo.
2. Manos a la obra
La estructura de nuestra clase será fundamental para asegurarnos el éxito, no podemos dejar ningún espacio para la improvisación. Todo bien organizado, hay que trazarse un objetivo. ¿Qué queremos conseguir con este alumnado en concreto? Planificar los recursos contando con que a veces internet va lento y debemos llevar pensado un plan b, tener en cuenta las posibles reacciones adversas o la falta de colaboración, visualizar el ejercicio e intentar grabarlo para posteriormente reflexionar sobre lo que ha ocurrido y preparar la siguiente sesión. Sin embargo, lo más importante es que adaptéis las dinámicas a vuestra realidad, a la personalidad de vuestros chavales, a vuestro contexto cultural y a la identidad sonora de vuestro grupo.
Observad la problemática que os gustaría abordar y reservad al menos una sesión al mes para afrontarla con música. Lo que solemos necesitar los docentes: actividades para descargar la agresividad (ejercicios con palmas, taconeos, percusión corporal, música heavy metal…), para crear comunidad (himnos, interpretaciones en grupo, música propia de su comunidad…), para aprender a relacionarse con personas diferentes (juegos de rol musicales, cambios de pareja, coreografías, actividades con familias de instrumentos…), para la inclusión en el grupo (sorteos, dinámicas a ciegas…), para la relajación (música de cuencos tibetanos, respiración a compás…), para el aprendizaje cooperativo, la concentración (actividades rítmicas, ejercicios de audición…), la evasión (imaginar lo que la música sugiere, dejarse transportar a otro lugar a través de la música…) y la canalización de emociones a través de la música.
Unas palabras de ánimo para terminar
Le dedico este post a todos los que, a pesar de las circunstancias actuales, continúan dedicando su vida, su energía y su entusiasmo a la docencia. Parafraseando a mi gran maestro, Fernando Savater, cómplice en esta tarea mía de defender la presencia de la Música en la educación, terminaré diciendo que la enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse, así que, mucho ánimo (que nuestra profesión lo merece. Espero de corazón estas pinceladas os sirvan para mejorar un poco vuestra tarea docente y, citando a mi colega José María Toro, no olvides que el recurso por excelencia siempre eres tú.
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Tu artículo es muy interesante y útil. Un enfoque musical puede ayudar a crear un ambiente de aprendizaje positivo y armonioso, al mismo tiempo que promueve la participación activa y la interacción entre los estudiantes. Este enfoque no sólo requiere paciencia y creatividad por parte de los profesores, sino que también produce resultados positivos en la mejora del rendimiento del aprendizaje y la construcción de una comunidad de aprendizaje positiva. Gracias por compartirlo
Gracias por el artículo. También comparto a menudo los mejores tonos de llamada para teléfonos inteligentes.
Una manera natural de aumentar la capacidad de concentración y aprendizaje es con suplementos alimenticios elaborados con ingredientes naturales. Algunos extractos herbales aportan importante propiedades para la salud cerebral, incluso en niños y adolescentes.
Me encanta tu blog, me gustaría conocer mas estrategias para la convivencia escolar con las cuales pueda disminuir el acoso escolar en clase.
Realmente es muy importante la estrategia que nos muestra y como maestros comprometidos con nuestra labor debemos probar de todo para ser agentes de cambio en nuestros alumnos. En mi aula utilizo la música para recrear un ambiente de creatividad cuando realizan sus producciones escritas . La música es parte de su motivación y funciona porque los transporta a un escenario diferente . Tan sólo debemos intentarlo y muchas veces marcar la diferencia ante el sistema que nos envuelve.
Como menciona la autora de esta entrada, la música es un gran recurso para trabajar en el aula, ya que a través de ella podemos transmitir lo que sentimos.
Me parece una pena que no sean metodologías como esta que aquí se propone las que se lleven a la práctica día a día en los colegios y sólo queden en meras palabras. Si estas técnicas se implantaran de verdad en el sistema educativo, quizá la mentalidad de los alumnos, de los profesores, y el ambiente general, cambiaría de manera radical, para bien.
Esta iniciativa para mejorar la convivencia en la clase pienso que es un gran método que podría llegar a solucionar grandes conflictos que se están dando a día de hoy como el “acoso escolar”, ya que a través de ésta nueva estrategia puedes llegar a conocer quienes pueden causar los conflictos y quienes los pueden sufrir.
Es una verdadera lástima, que este tipo de iniciativas luego se vean mermadas por el tiempo tan condicionado, que por desgracia presenta nuestro sistema educativo.
No obstante, me parece una iniciativa muy interesante, que hace que merezca la pena saltarse de las normas.
Un saludo.
De verdad, música y el impacto que tiene en nosotros es algo maravilloso: te alegra cuando estás triste, te calma cuando estás preocupado o enfadado.. Hay estudios que demuestran que música clásica favorece el desarrollo intelectual de un ser humano (especialmente la de Mozart). Existe también un método psicoterapéutico que se llama músicoterapia. Creo que música puede curar y mejorar la situación en el aula, porque actúa a través de sentimientos y hace el ambiente del aula menos formal. Es una pena que pocos profesores lo sepan y/o apliquen..
Imejorable sabiduría, más sublime y nutre, ” musica y sonidos”,opción sana para los estudiantes, es necesario impactar cultura auditiva, es trabajo diario!