¿En qué consiste el proyecto “Escuelas del Bicentenario” en el que estuvo trabajando entre el 2007 y 2013?
Fue un proyecto creado con el pretexto del bicentenario de la Independencia de Argentina en colaboración con distintos actores gubernamentales y empresariales. El espíritu de la iniciativa era conseguir una mejora educativa gracias a la implementación de nuevas estrategias pedagógicas. Lo iniciamos en escuelas de primaria estatales situadas en entornos muy vulnerables y de pobreza. Era un proyecto en formato cascada, que consistía en capacitar a un equipo de trabajo para formar a los docentes en las escuelas y proporcionarles materiales didácticos, para que después pudieran aplicarlos por ellos mismos.
¿Qué conclusiones extrajeron de este programa?
Evaluamos a los estudiantes antes de empezar con el programa y tres años después del inicio y obtuvimos resultados muy positivos. Nos dimos cuenta de que el proyecto debía iniciarse con la formación a los directores, para sustentar en las escuelas el proceso de cambio. Por otra parte, fue imprescindible la capacitación de los docentes, la revisión del tipo de enseñanza que impartían, mostrar nuevos métodos de evaluación… así como, proporcionar materiales de apoyo que servían como modelo de actuación.
¿Cuál es el mayor problema de la educación actual? Normalmente habla del método reproductivo o del aprendizaje fáctico…
Esta es mi gran obsesión como investigadora. Existe un gran problema que tiene que ver con cómo se enseña en muchas partes del mundo. El aprendizaje por repetición pasa de largo, es superficial y gran parte de los alumnos no comprenden lo que están memorizando. La solución es dar menos cobertura pero de mayor calidad. Siempre digo: “menos es más”.
¿Por dónde debe empezar a cambiar el modelo educativo?
En primer lugar debemos formar a los profesores, tanto a los que están ejerciendo como a los universitarios. Esta formación debe ser activa, no se les puede ofrecer clases magistrales a cargo de una figura pasiva cuando lo que se les está pidiendo es un cambio en los métodos de enseñanza. Deben probar nuevas técnicas y reflexionar para, posteriormente, poderlas poner en práctica en el aula.
¿Los profesores enseñan como aprendieron en su infancia?
Las investigaciones han demostrado que gran parte de los docentes dan clases basándose en sus propias experiencias como alumnos. Este es el motivo por el que, en la formación de profesores, debemos desvelar y entender sus antecedentes con la finalidad de no repetir los métodos que tienen tan arraigados.
¿Dónde debe desarrollarse la capacitación de los docentes?
Es muy importante que esta capacitación se desarrolle en la escuela. Los profesores deben probar nuevas técnicas en las aulas, con los alumnos, deben reflexionar sobre las prácticas llevadas a cabo con otros maestros… Considero imprescindible una comunidad de práctica y reflexión, en la que se trabaje conjuntamente para la mejora de la educación.
Comentaba el papel clave de los directores… ¿cómo pueden impulsar la transformación?
El director es el agente más importante para el cambio en las escuelas. Su función debe ir encaminada a crear un entorno de trabajo adecuado y generar las oportunidades necesarias para la transformación. Es importante que impulse sencillas prácticas como la estructuración de las reuniones del equipo docente en base a una agenda y la realidad de las aulas, y que deje espacio para la participación y la opinión de los maestros con los que trabaja.
¿Qué es el aprendizaje por indagación?
Es una corriente educativa que basa el aprendizaje en la formulación de preguntas que deben ser resueltas a través de investigaciones y el planteamiento de nuevos interrogantes. El objetivo de esta técnica es fomentar la inquietud y curiosidad en los alumnos y que el rol del profesor sea el de guía en el proceso de indagación.
¿Cree que los niños y niñas aprenden durante toda la etapa educativa?
Lo cierto es que con el modelo actual, basado en la repetición, los conocimientos que se adquieren a lo largo de los años de escolarización no se retienen. Si bien es cierto que en algunos países se está revisando los métodos de enseñanza y trabajando con aprendizajes profundos. Es muy importante hacer un balance costo-oportunidad y preguntarnos qué más podrían aprender los alumnos durante todos los años que dedican a los estudios.
¿Cómo podemos enseñar a pensar a los alumnos?
La buena noticia es que empezamos a saber cómo podemos hacerlo. En las últimas décadas se ha estado trabajando con pedagogías más activas, en las que se huye de la memorización sin comprensión. En matemáticas, por ejemplo, se empiezan a plantear problemas contextualizados en la vida real, en los que podemos encontrar distintos caminos para alcanzar una solución, con los que se pueda reflexionar, se confronten opiniones y, finalmente, se pueda llegar a una conclusión consensuada.
¿Nos podría poner más ejemplos de la “enseñanza por indagación”?
En ciencias se pueden plantear preguntas que deben ser investigadas por los alumnos, en vez de seguir un protocolo que no siempre entienden. Con esta metodología deben pensar sobre posibles respuestas, investigar y aprender a razonar. En el caso de las lenguas tratamos de formar a los estudiantes para ser lectores competentes discutiendo sobre el contenido de las lecturas, recomendando libros, etc. Son pequeñas cosas con las que el alumno se ve obligado a conectar sus nuevos conocimientos con los ya existentes.
¿Este tipo de aprendizaje conlleva más trabajo a los profesores?
Al principio supone más trabajo, ya que se deben planificar las preguntas que pueden surgir, pensar posibles métodos de investigación, medición… Mi recomendación es ir haciendo una evolución: un año se empieza con un tema, al siguiente otro… se puede ir ampliando poco a poco. El objetivo final es pasar de una enseñanza transmisora a una más activa, en la que los alumnos sean protagonistas.
A través del aprendizaje del que habla, ¿qué capacidades adquieren los alumnos?
Aprenden capacidades para la vida, a razonar, argumentar con evidencias, a responder preguntas, incluso a hacerlas, a entender en profundidad cómo funcionan las cosas, a disfrutar de la lectura, de los problemas matemáticos… Todas estas capacidades son imprescindibles en la sociedad actual. Es muy importante, por ejemplo, que puedan leer un periódico y saber si la información es verídica o no, es decir, que desarrollen el pensamiento crítico y algo de escepticismo.
¿Qué países considera que están llevando a cabo un buen método de enseñanza, o como mínimo, un modelo de enseñanza más efectivo?
Conozco el ejemplo de algunos colegios en Cataluña que está yendo por buen camino, integrando el aprendizaje profundo, haciendo de la enseñanza algo relevante y más transversal. También podemos ver prácticas muy interesantes en países nórdicos o Canadá, y también tenemos algunos ejemplos de otros lugares en que escuelas que de forma más aislada ponen en práctica buenos proyectos de aprendizaje o introduciendo la gamificación. Sin embargo, en algunos países estas referencias nos quedan todavía lejanas, pero son horizontes muy interesantes.
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El aprendizaje debe de ser “por necesidad”. Así y solo así realmente incorporamos conocimiento. Lo que no sentimos que es útil se deja de lado o no se profundiza. Cuando buscamos solucionar una situación yi encontramos el mecanismo que lo logra, no olvidamos jamás. No hay que dar tanta vuelta ni buscar tanta teoría que justifique. Simplemente obserando uno se da cuenta. La naturaleza humana, la naturaleza animal es simple. El problema comienza cuando los docentes nos queremos complicar inventando métodos y nombres para todo. Hace 26 años que soy docente en Uruguay. He compartido con mis grupos experiencias super enriquecedoras, apoyado y ayudado a decenas de chicos con diversas dificultades. Las primeras generaciones hoy son adultos exitosos. Aprendemos juntos realizando proyectos aplicables a nuestra realidad y dejando que “las necesidades” nos lleven a descubrir los grandes conocimientos. Desde limpiar una playa semanalmente a buscar estrategias para mejorar el estado de un edificio pueden ser herramientas que permitan en un año curricular abordar no solo los contenidos que se plantean en un programa, sino mucho más. Y eso es lo realmente importante. Eso es aprendizaje. Se aprende lo que se necesita y se aprende realmente. Se incorpora. Feliz de seguir cosechando y creciendo. Simple y profundo: es el camino.
El aprendizaje por indagación ya lo utilizaron mis profesores y profesoras hace 20 años, te daban un tema y tenías que presentarlo respondiendo a las dudas que te habían planteado.
El tipo de enseñanza que propone la Doctora, en donde el alumno es un sujeto activo constructor de su propio aprendizaje y el maestro diseña situaciones didácticas que permiten a los niños investigar, analizar, razonar, argumentar, comprender , crear etc , son aspectos que contempla el Programa de Educación Preescolar en México.