Nosotros, los maestros, quizás tengamos las lecciones preparadas, los objetivos claros, los materiales listos, y a los estudiantes dispuestos a aprender… pero, de repente, algo ocurre, algo que no esperábamos y lo cambia todo.

Visualicemos la situación: eres maestro y estás trabajando con un pequeño grupo de estudiantes, entonces algo te dice que no va bien. Los estudiantes no están participando, no están motivados, NECESITAN ALGO MÁS. Pero, ¿ el qué?

Me llevó tiempo darme cuenta que cada vez que ocurría esto, necesitaba cambiar algo, a veces era el ritmo de la actividad, los tiempos, el método, las estrategias,  los materiales o los espacios; pero el cambio debía ser inmediato, sin dilación. No podemos esperar a que la actividad acabe para cambiar todo, debemos ser buenos observadores y hacer uso de nuestra creatividad para cambiar la situación en ese momento.  

Gracias al sistema publico del distrito de Columbia, soy una de las maestras seleccionadas y afortunadas de recibir una beca de innovación educativa, patrocinada por CityBridge Foundation. Esta beca me expuso al libro de Eric Ries The Lean Start Up, en el cual subraya cómo se crean y sostienen negocios emprendedores. Muchas de las lecciones que presenta ese libro son aplicables al contexto educativo, me sirvieron de gran apoyo para poder verbalizar esos cambios que estaban sucediendo en mi práctica docente. Esos cambios en mis lecciones eran “innovaciones”, y ocurrían continuamente. Los maestros somos emprendedores, creamos constantemente. Esto conlleva sus riesgos, y por ello es normal equivocarse. Como dice Eric en su libro, si vemos que una estrategia no funciona como habíamos planeado, siempre podemos cambiarla por otra mejor.

Lo que no es válido es decir es que si una actividad no funcionó es porque los estudiantes no estaban preparados. Es nuestra obligación prepararlos para aprender, somos los responsables de motivarlos y para ello debemos usar métodos diversos.

Lo mejor de este tipo de metodología es que contamos con el apoyo de recursos. Las nuevas tecnologías son uno de los mejores recursos. Aun así hay maestros que aseguran usar ordenadores, tabletas o pizarras inteligentes en sus clases y aun así sus lecciones fracasan. Pero es que estamos hablando de dos cosas diferentes.

Al hablar del uso de tecnología, me refiero a:

1. Cómo usamos los recursos.
2. Qué control hacemos de esos recursos.

Me refiero al aprendizaje mixto o Blended Learning. Hay cuatro modelos principales, y todos ellos incorporan la combinación de la instrucción del maestro con el uso de recursos digitales.

Como Clayton Christensen, Curtis W. Jonhson y Michael B.Horn denotan en su libro, “la innovación disruptiva cambiara el modo de enseñar y aprender”. Puede sonar “disruptivo” e incierto pero, ¿no es esa incertidumbre la que nos hace innovadores educativos? Debemos cambiar la forma en que los maestros enseñan y encontrar el método que sea mas efectivo y exitoso.