Hace unos años, reflexionando sobre mi práctica docente, me di cuenta de que en muchas ocasiones los profesores entramos a la salas de profesores con un comentario tipo: “Qué clase me han dado los de 3º A. Milena y Ramón –nombres ficticios- son insoportables”. Y pensé que había que cambiar esa dinámica. Inicié en mi blog “Estoy en ello” un apartado de “Homenajes” a los alumnos, que, a día de hoy, va por 111 entradas.
Bien es cierto que lidiar con adolescentes todos los días de un curso genera a veces mucho cansancio y estrés por las actitudes de algunos en el aula y decepción por la falta de compromiso hacia el trabajo. Cada vez más, pienso que es necesario hablar bien de nuestros alumnos: en privado, en público, en la red, en sus redes. Y lo digo muy convencido, porque genera efectos multiplicadores. Decirle a un chico/a de 12 o 15 años “Yo creo en ti”, “Tú eres capaz” … ayuda a construir a la persona. Provocarles con su propia frase “¿Qué somos, leones o “huevones?” o con un más comedido “Te reto a que me demuestres tu talento” genera inmediatamente motivación.
Subir una foto a Instagram en la que muestras a un grupo trabajando en el aula en equipo o en el taller de tecnología, o simplemente mostrando un gesto de cariño o de ayuda, provoca una cascada de “Me gusta” en dicha red –limitada quizás al grupo que se ve interpelado y algún que otro compañero profesor que andaba por allí-. Dedicarle –a un alumno concreto o a un grupo- un artículo en tu blog en el que hablas de su capacidad de análisis, su creatividad, su esfuerzo e implicación, su resistencia para no tirar la toalla, ayuda a poner en valor su trabajo, y les hace sentirse muy bien: orgullosos, queridos en su persona y en su tarea, por lo que han sido capaces de producir. Mencionarles en Twitter por algo que hacen bien hace que te busquen al día siguiente para darte las gracias. Dedicarles un vídeo en Youtube mientras aplican una metodología diferente –Critical Friends- que les invita a ayudarse mutuamente es algo que valoran muy positivamente.
Seguramente, los psicólogos y pedagogos expertos en psicología positiva y psicología emocional tienen mucho que decir al respecto. Yo me muevo por intuiciones, y también por emociones. Hago lo que creo que puede ayudar a mis alumnos a crecer y aprender mejor. Y por supuesto, muchas veces no acierto.
¿Quieres más ejemplos?
¿Y si les dices que son los mejores ingenieros de 12 años que conoces? ¿o que han trabajado muy bien por ejemplo con mapas mentales, una metodología de la que no habían oído hablar antes? ¿o que saben hacer cosas que tú no sabes hacer? ¿O que te lo pasas muy bien con ellos fuera del colegio haciendo cosas diferentes a las del aula? ¿o que sus padres y compañeros les aprecian por lo que son?
Hay que estar dónde los alumnos están. Eso genera relaciones y complicidades, buenas dinámicas de aula, compromisos. Las relaciones entre profesores y alumnos han cambiado. Y no estoy hablando de “colegueo”. Hablemos bien de nuestros alumnos, por favor.
Estoy totalmente de acuerdo… es desalentador escuchar casi a diario quejas sobre los alumnos. Eso genera malestar y desgano. En cambio la actitud positiva se expande. Y por otro lado, es fundamental cultivar la autoestima de nuestros alumnos. La actitud con la que trabajamos es fundamental para obtener buenos resultados. El ambiente con nuestro grupo debe ser agradable.
Extraordinario. Felicitaciones.
Yo empleo el lenguaje positivo con mis estudiantes y me da un resultado maravilloso. Les dijo: son excelentes, campeones, triunfadores, trabajemos con amor. y el resultado es un grupo de estudiantes motivados a dar lo mejor.
Me han gustado mucho tus reflexiones, pues la auténtica revolución educativa empieza por reconocer el valor de nuestro alumnado.
Enhorabuena Francisco,
Como siempre trabajas muy bien la parte emocional.
Un saludo.
Maravilloso, Paco, no puedo estar mas de acuerdo contigo.
Muy acertado tu artículo, estoy totalmente de acuerdo, las emociones positivas provocan aprendizaje. Machado decía que no es buen maestro el que no se hace amigo de sus alumnos. A todas las personas nos gusta que nos reconozcan lo que hacemos y de verdad, esto provoca un efecto en cadena hacia el buen aprendizaje y el buen clima de la clase. Saludos.
Muy oportuno y reflexivo este artículo. Gracias por las orientaciones y recomendaciones. Algunas cosas las he venido realizando, como el agradecerle a diario a los estudiantes por lo que me enseñan, sobre las tecnologías, los alago, les cuento mis inquietudes y sin egoísmos me sugieren cosas. Cuán valiosa es la práctica de este artículo y que fácil empezar.
Exitos
Me ha emocionado tù entrada. A menudo, seguramente, por el desgaste del dìa a dìa en clase o los problemas externos, se nos olvida como tratar al alumnado, que a pesar de tener 12,14 ò 16, son seres humanos con sentimientos. El sistema educativo y, en general, la sociedad fallan en educar y potenciar los sentimientos y emociones de los individuos, asì como la manera de canalizar los negativos.
El estàndar que yo aplico responde a la siguiente pregunta: si esta criatura que tengo ante mì, fuera mi hijo ¿còmo actuarìa?
La actitud cambia de forma dramàtica.
Gracias por compartir tus reflexiones.
Saludos