¿Es necesario cambiar la educación para cambiar el mundo?
La educación es lo que nos configura como especie. Somos la especie que educa a sus crías y de la educación depende la evolución de los seres humanos. El aprendizaje es el motor evolutivo. En el resto de los seres vivos la evolución funciona por otros procedimientos, funciona por mutaciones aleatorias y selección natural. En el ser humano hay una tercera fuerza evolutiva que es la capacidad de aprendizaje y la transmisión de conocimiento.
¿Por qué cree que es necesaria esta transformación?
Cuando hablamos de que tenemos que transformar la escuela, lo hacemos por dos motivos. En primer lugar, lo hacemos porque la educación española es mediocre. No es terriblemente mala, hemos hecho muchas cosas bien, pero es mediocre y está estancada. Pero, además, es que todas las escuelas del mundo, incluso las que son extraordinariamente buenas, deben adaptarse a un mundo cambiante. Una escuela que sea más lenta que los cambios del mundo no está preparando bien a sus alumnos. Por este motivo siempre hay que transformarse.
Cuando se plantea cambiar la educación, lo primero que se pone en el punto de mira es la formación del profesorado. ¿Es realmente la clave para lograr los nuevos retos que se plantea la educación?
Hay que insistir en qué es lo que puede mejorar de forma más rápida la educación. No se trata de mirar la razón del fracaso educativo, porque hay razones muy complejas, por ejemplo, razones económicas, de depredación cultural, etc. Pero la fuerza que puede cambiar la escuela siempre son las personas que están cerca de ella, en este caso dentro mismo del aula.
¿Cuál cree que es el mayor problema del sistema educativo español?
Uno de los problemas de la educación en España es que los políticos han pensado que la escuela se cambia a golpe de legislación, y esto no es verdad. Muchas veces, las reformas que sobre el papel están muy claras, nunca llegan a concretarse ni a llevarse a cabo. En España, hay que mejorar lo que sucede en el aula y esto significa dar más protagonismo y formación a los profesores, dar más responsabilidad a directos e inspectores, dar más autonomía a los centros y fomentar la cooperación entre familias y centros. Esto último en España pasa por horas bajas.
Si se les diera más autonomía, ¿los profesores estarían capacitados para llevar a cabo las transformaciones que necesitan las escuelas?
No, no están preparados porque nadie se ha preocupado nunca de formar a los profesores. No hemos tenido buenos sistemas, los que ha habido han sido desastrosos o nulos. Las leyes educativas nunca han trabajado sobre este tema. No podemos esperar a que haya nuevas hornadas de profesores para aplicar cambios. Lo que he propuesto en el Libro blanco de la Profesión Docente es que se haga un plan urgente de formación de élite para los docentes que ya están en el sistema.
¿Qué es lo más urgente que se debe abordar con los docentes?
Lo primero que hay que hacer es convencerlos a ellos de la necesidad de mejorar. Siempre que hay un cambio se producen mecanismos de autodefensa que hacen que los cambios sean difíciles de aplicar. Hay que convencer a los que van a ser protagonistas de este cambio de que éste es necesario. Necesitamos centros de formación del profesorado de alta calidad. Hay que dar formación actualizada a los docentes. Hay profesores muy buenos, pero todos son autodidactas. No hemos tenido sistemas bien organizados.
En el borrador del Libro blanco también proponen aplicar el DEP (Docentes en Prácticas). ¿A los profesores les faltan horas de prácticas?
No es que les falten, es que no tienen horas de prácticas. Aunque en teoría los maestros tienen un practicum, que es una tercera parte del currículum, ellos mismos reconocen que no reciben una formación práctica, y que se hace de manera poco tutelada. El practicum se hace para cumplir el expediente, pero los mismos responsables de estos prácticas reconocen que les cuesta encontrar centros para llevarlas a cabo.
Y en secundaria no se hace nada. Aunque ahora hay un máster, los programas son teóricos, están muy desorganizados, están hechos con muy poca calidad. Yo me pregunto si no habría que quitar a las universidades la potestad de formar al profesorado puesto, que están demostrando muy poco interés en hacerlo bien.
¿A quien le daría esa formación?
Yo creo que debería haber centros especializados en formación del profesorado en coordinación con las escuelas. Estos centros deberían dar formación continua para los profesores que ya están dentro del sistema, y también deberían ser los encargados de impartir el máster que está indicado en el nuevo sistema de MIR educativo, que creo que deberíamos implantar para que todos salieran con una formación de calidad.
Una vez han pasado el máster, han sido seleccionados, y han demostrado que son personas con valía e interés, deben hacer dos años de prácticas en puesto de trabajo remunerado. Sin prácticas no se puede dar bien clase. Igual que no confiaremos en un cirujano que no hubiera hecho su MIR, por mucho que hubiera estudiado en libros, tampoco deberíamos confiar en un profesor en esas circunstancias.
¿Por qué piensa que en la carrera médica sí se ha exigido a los profesionales que aprueben un periodo como el MIR y en educación no?
No hay ninguna razón. En medicina sí nos hemos empeñado en hacerlo bien, pero en educación no. Yo creo que si lo hacemos bien podemos tener un sistema educativo al nivel de Finlandia en un plazo de 5 años. Pero solo lo haremos si dejamos de marear la perdiz. Hay que convencer a la ciudadanía de que podemos cambiar la educación, que no es una cuestión de dinero. Si lo hacemos bien, podemos tener una educación de alto rendimiento. No hay milagros ni enigmas, hay voluntad.
Uno de los problemas más grandes que tenemos es que, en las encuestas que hace el CIS, la educación nunca aparece como uno de los problemas principales. De manera que tenemos que llamar la atención sobre la urgencia de mejorar la educación.
¿Por qué cree que no preocupa la educación al ciudadano?
Supongo que la gente piensa que ya se arreglará. Si tienes un mal profesor, otro año tendrás uno mejor. Las responsabilidades están distribuidas, se establecen creencias malsanas como que la familia es la única que puede educar. Y al final nadie se hace responsable. Hay un proverbio africano que dice que para educar a un niño hace falta la tribu entera. Yo añado “para educar bien a un niño, hace falta una buena tribu”. Por acción o por omisión todos educamos a los que tenemos alrededor. Nuestro nivel de vida, en todos los aspectos, va a depender de la educación. Las naciones que no sepan aprender mucho y con eficacia se van a quedar marginadas.
Usted también defiende que se seleccione al profesor antes de formarlo. ¿Por qué?
Formar a un profesor es muy caro y para tener el mínimo de garantías de que lleguen a la docencia los mejores es necesario hacer esta selección. Hay gente que se pone a estudiar magisterio, pero que no tiene ningún interés por la educación. No se puede gastar dinero en formar a muchísima gente. Quien ha demostrado que la educación le interesa, que tiene valía, que se sabe comunicar, podrá acceder a la carrera docente. De esta forma, también sabremos que el número de personas que se están preparando corresponde al número de plazas disponibles. Ahora estamos formando tres veces más maestros de los que necesitamos.
¿Qué perfil cree que debe tener una persona que se postula a profesor?
Primero, debe querer a sus alumnos. Si no te preocupan, si no te interesan, si no te das cuenta de lo importante que puedes ser en sus vidas… mejor dedícate a otra cosa. Hay que tener vocación.
Hay que saber comunicar, saber de tu asignatura, estar a la última de las técnicas pedagógicas. La profesión del docente no es enseñar, sino conseguir que aprendan.
También propone que se evalúe a los profesores periódicamente. ¿De qué servirá esta medida?
Esto ha puesto nerviosos a profesionales y sindicatos, y es algo que se hace en todo el mundo. No se debe entender como una fórmula de control, la razón de la evaluación es poder progresar. Si no sabemos cómo lo estamos haciendo, no sabemos dónde mejorar. La información que nos da la evaluación solo sirve para mejorar el sistema.
Qué mal hace este señor al generalizar, al dar por sentado que los docentes, todos, no solo no nos formamos, sino que no sabemos por dónde empezar a hacerlo. Qué lejos está este señor, de la realidad de los miles de profesores que pasan muchas horas de sus vidas en cursos, congresos, jornadas, leyendo, estudiando, y llevando todo lo aprendido a la práctica. Qué alejado está hoy Marina de la vida de la escuela y qué cerca de los despachos de quienes, detrás de una mesa y sin pisar un aula, se erigen en expertos en educación…
Y quién va a formar a los maestros? Él? Estoy dispuesto a sentarme.con este señor y debatir uno a uno todos los puntos de su mágico librito blanco. No olvidemos, señores, que la educación es reproductor social y sabemos a que clase de sociedad sirve el gran filósofo. Por favor, que aula ha pisado el gran sabio. Su argumentario es un insulto a la labor docente en general y a la mía en particular. Valiente ignorancia!
En el caso argentino, los docentes recibimos una formación constructivista pero nunca llega a las aulas (hay un divorcio entre teoría y práctica).
Por más que cambien los planes, hay algo que está fallando y es el pensar que la teoría no sirve para la práctica diaria.
Es así como se empieza a enseñar por intuición y a fuerza de prueba y error.
Por otro lado, una formación constructivista que se imparte de un modo conductista, de entrada está condenada al fracaso ¿Cómo vamos a proponer un modelo constructivista si a nosotros ya nos formaron con una pedagogía transmisiva?
Necesitamos docentes especialistas , para el caso de inclusión escolar, no sólo es asignar una silla al escolar , es brindarle apoyo atención flexibilizar los programas. y en WUAKALIMA LO ENCONTRE