La educación en valores, ¿ha cambiado mucho en los últimos años?
En los últimos años no ha cambiado mucho, sí en las últimas décadas. Los cambios sociales que se han producido en gran parte del mundo, gracias a las tecnologías y la globalización, inevitablemente han generado cambios a nivel educativo. Se ha evidenciado la importancia de la transmisión de valores después de haber transitado por un período de la Historia donde los valores (absolutos) se inculcaban en una etapa en que existía un pluralismo en las formas de concebir el mundo. Así pues, los valores no son ni absolutos ni relativos, deben ser construidos en función del contexto, es decir, son dinámicos.
Ahora resulta imprescindible una educación en valores éticos y cívicos, tales como la libertad, el respeto, el diálogo, la solidaridad y la igualdad. Deben reconstruirse los procesos educativos de manera crítica a través de prácticas que impliquen conflictos de valores y posibiliten un aprendizaje a través del diálogo y la cooperación. Así los niños y niñas serán competentes para entender el mundo que les rodea, convivir y actuar en él con criterios éticos.

¿Qué papel juegan los valores en el desarrollo de un individuo hacia su madurez y su plenitud personal y profesional?
Es evidente que los valores juegan un papel muy importante en el desarrollo de la persona, por varios motivos. Por un lado se construyen los valores a través de las relaciones entre personas, cara a cara, a partir de los sentimientos que se generan, vinculándonos unos a otros de manera que podamos enfrentarnos a la dificultades vitales. El afecto y el amor se convierten en indispensables para el desarrollo de la persona. Por otro lado, los intercambios entre personas se producen gracias a la comunicación y al diálogo, por lo que éste se convierte en un potente instrumento ético que permite la plenitud personal y profesional. También es importante tener en cuenta la realización de proyectos destinados al bien común, tan difícil de encontrar hoy en día.

¿Se tiene suficientemente en cuenta el desarrollo de las habilidades vinculadas a los valores y a la ética en los currículums educativos?
No lo suficiente. Creo que deberían tenerse más en cuenta. Sería conveniente que el profesorado no únicamente fuese consciente de su importancia, sino que planificase actividades transversales donde los valores éticos fueran explícitos. Todo el currículum podría concebirse desde el punto de vista de los valores morales. Es, por otra parte, una cuestión de procedimientos o estrategias didácticas utilizadas y actitudes.

¿Cuál considera que es la mejor forma de trabajar los valores con los niños y niñas: dedicando horas de la jornada lectiva al trabajo específico (tutorías), o integrando los valores durante el aprendizaje de otras disciplinas?
En la educación en valores no hay recetas, hay experiencias diversas. Y las experiencias no hay que tomarlas como modelos sino como posibilidades. Sin embargo, por nuestro bagaje en el campo, podemos sugerir que una de las formas –no sé si mejores- de trabajar los valores sería llevar a cabo actividades específicas donde se integren los valores, ofreciendo espacios educativos donde pueda aprender a gestionar conflictos. Las tareas curriculares deberían potenciar competencias éticas y cívicas, por lo que hay que generar espacios donde poder hablar de todo lo que preocupa al grupo, valorando la diversidad de opiniones y las razones que hay detrás. Es también muy necesario preocuparse por generar una “cultura moral” en las instituciones educativas que incida en el comportamiento de los niños y las niñas, dando forma a sus hábitos y “virtudes”.

¿Nos puede poner algún ejemplo?
Una propuesta concreta puede ser que el profesorado trabaje en equipo con la finalidad de programar actividades donde se traten cuestiones controvertidas sobre los valores en todas las asignaturas de forma transversal, proporcionando conocimientos e información relevante desde un punto de vista ético. También utilizar los espacios de tutoría para trabajar específicamente temas de educación en valores, construir una cultura moral de centro impregnada de valores, fomentar y valorar la participación de niños y niñas, abrir los centros educativos a la comunidad (implantando programas de aprendizaje-servicio, si se requiere), potenciar un estilo en el profesorado para que impulse dichos valores… Y por último, llevar a cabo una pedagogía del cuidado.

¿Cómo valora proyectos como los de aprendizaje-servicio?  
Pueden ser un vía que facilite el aprendizaje de contenidos informativos, procedimentales y actitudinales. El reto es que este tipo de actividades no queden aisladas del contexto educativo del alumnado.

En este tipo de proyectos la implicación del entorno es muy importante para lograr el éxito. ¿Cree que la sociedad está suficientemente implicada en la educación en valores?
No, la sociedad no está suficientemente implicada. Nos faltan referentes de buenas prácticas en cuestiones de ética y moral. Se nos ofrecen a través de los medios de comunicación (TV y redes sociales) modelos negativos en lugar de positivos.

La crisis en la que vivimos inmersos los últimos años ha hecho replantear algunos comportamientos adultos como, por ejemplo las pautas de consumo (hay una tendencia hacia un consumo más social, sostenible y colaborativo, una concienciación ecológica, etc.). ¿Cómo crees que puede influir esto en la educación de nuestros hijos?
Creo que esto puede tener un efecto positivo si va acompañado de otros agentes que incidan en la misma línea. Nuestra sociedad necesita personas con vínculos, redes de reciprocidad, comprometidas con el resto de miembros de la sociedad.

¿Cómo se puede trabajar desde la familia el desarrollo de este tipo de habilidades?
En la familia, como núcleo primordial de la educación, se aprenden valores éticos y pautas de comportamiento, lo que está bien o mal desde el punto de vista de los progenitores, las actitudes ante la vida, o el lenguaje, entre otras cosas. Los padres, ante todo, deben prepararse o, como mínimo, estar interesados en cómo realizar su tarea de la mejor forma posible, adaptándose al entorno de los hijos, procurando dar respuesta a las preguntas y decisiones que se plantean día a día en el contexto familiar. Además, la familia debe garantizar la seguridad emocional del niño y el joven en un clima de comunicación y de respeto, donde se fomente una pedagogía del cuidado, proporcionado a los hijos oportunidades de participación progresiva en los distintos ámbitos de decisión familiar (actividades de ocio, selección de programas de TV, consumo de TIC, etc.).

Si tuviera que definir tres líneas de trabajo o tendencias imprescindibles en la educación en valores para incentivar un cambio en la sociedad ¿por cuáles se decantaría?
En primer lugar, la pedagogía del cuidado y el desarrollo de competencias emocionales. Por otro lado, el desarrollo del talento, el autoconocimiento sobre habilidades personales, creativas y socio-morales). Por último las habilidades para el diálogo y la participación: autenticidad, respeto, crítica constructiva y apertura al cambio.

¿Por qué?
Porque si las personas nos conocemos bien, sabemos cuidar de nosotras y tenemos autoestima, sabremos cuidar de los demás y del entorno, podremos comunicarnos de la mejor manera posible aprendiendo a dialogar e incorporando valores indispensables que diseñen una sociedad justa, democrática y digna, donde las personas compartan proyectos sociales y se preocupen por el bien común.

Acerca del autor

Tiching

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Comentarios(6)

  • DR. WENDINORTO RIVAS-EDUCAR EN VALORES
    La educación en valores es una acción de vivencia cotidiana en las aulas, en la comunidad educativa y en la nación; educar en valores es una tarea significativa del docente con sus alumnos.

  • Con respecto a lo que dice Juan Manuel y la disciplina como obstáculo para un trabajo interdisciplinario, tengo la experiencia de participar en un proyecto de Aprendizaje- servicio, y un proyecto se transforma en una oportunidad de confluencia de todas las disciplinas, y posibilidad de comunicarse y trabajar en equipo.

  • Froilan Quishpe

    La familia es el nucleo de toda sociedad y por ende considero que es ahi donde empezamos a inculcar valores que nunca debemos dejar de predicarlos. Así mismo debemos reforzar y practicarlos en las aulas, aunque estamos concientes que avanza día a día la tecnología pero deberia ir a la par la practica de valores.

  • Educar en valores, que tarea mas difícil en un mundo en el que solo ganan los valores en las novelas mexicanas. Los chicos salen de la escuela y tropiezan con los antivalores, aprenden empíricamente a vivir con ellos y en la escuela los estudian solo para aprobar la materia. Valores en la escuela, Antivalores en la vida, una batalla que estamos perdiendo

  • Juan Manuel Juárez Montoya

    Cierto no hay recetas ni algoritmos para educar en valores, pero un problema real es que cuando se esta acostumbrado a trabajar y dominar una disciplina los conceptos interdisciplinar, transdisciplinar, multidisciplinar y complejo ni solo no se toman en cuenta, sino que tampoco se tiene experiencia para manejarlos en el aula y entonces este asunto se vuelve subjetivo porque al no estar acostumbrados a ver las cosas holísticamente, nos concretamos a defender, conceptualizar y enriquecer solo parte de la parcela y por seso es necesario que el maestro sea un profesional que sepa manejar varias disciplinas para resolverle las dudas a sus alumnos, sin separar la parte ética independientemente de la disciplina que se trate y no me refiero a manejar el asunto bajo un concepto transversal.

  • JULIO FABIAN BASOALTO

    Reflexionaba sobre los valores dinámicos en una sociales en la cual los cambios vertiginosos avanzan creando nuevos paradigmas en las diferentes sociedades del mundo. El mundo actual se concibe entre los valores absolutos, relativos y dinámicos, nada es casualidad. la subjetividad que se crea en los diferentes entornos conllevan nuevos usos y costumbres, creando de esa forma brechas generacionales en la sociedad y en las familias.
    Coincido en recuperar los valores éticos y cívicos. Este tema llevara mucho tiempo en Argentina pues en las 2 últimas décadas se destruyo los lazos familiares, la familia, generando violencia ante las adversidades que planteaba y plantea la sociedad actual afectada por lo económico, el desempleo, la desocupación, el hambre y las enfermedades epidémicas y globales que vuelven a surgir bajo un estereotipo gubernamental feudal.
    Se va transformando la familia, se pierde el amor y el afecto en la inmensidad de las constelaciones familiares.
    La escuela es la única institución que se ha mantenido en pie ante todas las envestidas de los cambios sociales. El docente mantiene el rol que le pertenece por derecho propio pero también es objeto de la crueldad y la violencia dentro de la escuela.

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