El objetivo de enseñar matemáticas desde que nuestros alumnos y alumnas entran en los centros educativos es conseguir que sean capaces de resolver problemas por sí solos; y no me refiero solo a problemas matemáticos, si no a cualquier tipo de reto que se encuentren en sus vidas.
Por ello, y después de más de 16 años de experiencia en la docencia, hay algo que tengo muy claro, y es que lo importante no es que los profesores enseñemos, sino que los alumnos aprendan. Mis años de trabajo en el aula, me ha enseñado que el material favorece y facilita la comprensión e incluso la comunicación, porque les permite hablar de algo real y cercano a ellos, que facilita la visualización del trabajo, que es clave en la comprensión de conceptos y favorece la motivación y la actitud positiva hacia las Matemáticas, convirtiéndose su uso en el punto de partida de la construcción del conocimiento.
El uso de materiales aumenta el tiempo que se tarda en adquirir los conocimientos, pero nos ayuda a que ese conocimiento sea más efectivo y duradero. Una vez entendí esto, decidí apostar por trabajar las matemáticas con mis alumnos y alumnas, de forma manipulativa.
La vida cotidiana de los pequeños, está rodeada de matemáticas. Cuando salen a la calle observan las formas geométricas de las señales de tráfico, hablan de la edad cada vez que es el cumpleaños de un compañero de clase, se pelean por ser el que más figuras de lego tenga cuando vienen los primos a casa, se quedan pensativos cuando descubren que la botella de agua que tienen no entra en el depósito de la pistola de agua, cuentan el número de dedos que hay en sus pies, preguntan a su profe quién es el primero de la fila, cuentan cuántas cucharas tiene que poner en la mesa de casa cuando vienen los tíos a verlos… Todos ellos, son conocimientos matemáticos que permanecen en su memoria y que deberían ser la base de la que partir para su aprendizaje matemático.
Este curso, en mi aula creé un rincón llamado CAZA MATES. La idea era recoger todo esto de forma gráfica (en unos meses llenamos el mural de matrículas de coche, números de la báscula con sus pesos, cintas métricas para saber su altura, los datos numéricos de su nacimiento: como la hora a la que nacieron, el día, su peso o estatura, jeringuillas vacías que se llenan de cantidades exactas cada vez que se ponen enfermos, …) Cuando una niña o niño pequeño empieza a leer, son como esponjas y leen hasta los carteles de la carrera; ya es hora de que les enseñemos que las matemáticas también se encuentran en todos los rincones.
En todos estos años, he trabajado diferentes métodos matemáticos en mi aula y he estudiado otros cuantos, buscando el mejor para mis estudiantes. Hace unos años llegó al colegio EntusiasMAT, con él descubrí el material manipulativo. Gracias a este método fui consciente que mejor que dibujar 10 puntos en un papel y rodearlos dentro de un conjunto para que los estudiantes aprendieran así que 10 unidades es igual a una decena, era pedirles que trajeran de casa un tupper y 10 tapones. El resultado es el mismo: 10 unos = 1 diez, pero la interiorización de ese nuevo concepto por primera vez, después de varios años de estudio, había sido adquirido jugando y había quedado para llegarse y no olvidarlo cuando avanzáramos en el temario.
Actualmente, trabajo con el Método Singapur, que quiere que el alumno aprenda a pensar desde la resolución de problemas matemáticos, a la vez que desarrolla su creatividad y la competencia lingüística. Lo hace acompañado de objetos cotidianos y elementos manipulativos. Uso #PiensaInfinito de SM, y ya el propio método trae mucho material para el alumno: cubos encajables, bloques multibases, dados, cuerpos geométricos,…
Pero yo creo en ir todavía un poco más allá, y no solo facilitarle el material manipulativo al estudiante para que pueda trabajar las matemáticas con él, sino en darle las herramientas suficientes para que él sea el propio protagonista de la historia y con sus manos cree su propio material.
Hagamos materiales de uso individual, pero, sobre todo, hagamos materiales de uso cooperativo. Todo aprendizaje compartido será más efectivo. Si hemos elaborado una máquina de sumar, la podremos usar solos introduciendo por un lado 3 bolas de papel, por el otro lado 2 bolas y pudiendo contar así, que en total 3 bolas más 2 bolas son 5 bolas o lo que es lo mismo: 3 + 2 = 5. Pero imaginad lo divertido y gratificante que puede ser si lo transformamos en un juego, les ponemos a trabajar en parejas y les damos un dado. Harán lo mismo, pero al convertirlo en un juego habremos conseguido mucho más.
En conclusión, de forma manipulativa, conseguiremos que nuestros estudiantes aprendan las matemáticas partiendo de lo concreto, comprendiendo los conceptos, potenciando su creatividad y llegando a resolver problemas a través del juego, siendo ellos mismos los protagonistas de su aprendizaje.
tu blog me encanto
Excelente artículo! Qué gran verdad cuando afirmamos que no podemos avanzar sin una explicación matemática que genere conocimiento… y es grato saber que esto lo podemos conseguir a través del juego
Los colegios deben de contar con el material y las condiciones necesarios para que la enseñanza y el aprendizaje se desarrollen de forma correcta. Esto afecta tanto a los pupitres de los pequeños como a las sillas de los profesores.
Muchas gracias por la información, para los que quieran saber sobre Guía EXANI-II, se los recomiendo.
Yo soy un estudiante de matematicas y la verdad la matematica esencial para uno trabajar para estudiar para aprender hacer muchas ecuacione ssumas y restas
Disculpen, olvidé decir que es una escuela de nivel secundario o nivel medio, donde se egresa con el título de Técnico en Producción Agropecuaria. Gracias
Ya me jubilé hace 8 años, soy Profesor en Ciencias de la Educación Agraria (Universidad Nacional del Nordeste-UNNE-Argentina) pero sigo leyendo materiales como el que presentaron en ésta página. Ésto me hizo recordar una experiencia que complementaría a la que acabo de leer. Al comenzar el planeamiento educativo institucional (PEI) ya con la Visión, Misión etc institucionales preestablecidos tomamos como un Centro de Interés institucional El cultivo del Maíz donde comenzamos a trabajar sobre contenidos transversalizados de todas las asignaturas: Matemática, Lengua, etc con sus respectivas competencias y alcances dónde van surgiendo más contenidos que realmente son necesarios que apuntan al centro de interés. Ésto produjo un involucramiento mayor de docentes y no docentes a nivel institucional. También participaron alumnos, padres, productores agropecuarios, empresas, comercios. Fue una experiencia interesante ya que fue notable como organizando la institución escolar en su ámbito dió resultados sorprendentes en los aprendizajes de los alumnos. Por ejemplo matemática contextualizado resulta más efectivo que fuera de contexto y lo mismo con los demás espacios curriculares. Agradezco que me hayan hecho acordar a través de la experiencia de la profesora que escribió éste artículo. Tengo mucho para compartir como ex director de una escuela agrotecnica del interior de la provincia de Formosa (Misión Laishí). Gracias.