Patios colectivos coeducativos, un modo de que nadie se quede sin jugar

  • Por Elvira Fernández Pena y Alba Alonso Feijoo
  • Opinión
transformando el patio tradicional a un patio colectivo coeducativo

Elvira Fernández Pena y Alba Alonso Feijoo

Docentes de Primaria e Infantil en el CEIP Mestre Martínez Alonso, interesadas en la transmisión de contenido educativo en la red, bloggers, activas y creyentes de utopías, siempre de proyecto en proyecto y amigas. Autoras de los blogs Realkiddys y Atención selectiva.

En los últimos años el juego ha venido cobrando el protagonismo y la importancia que durante una buena temporada, el estilo educativo basado en el academicismo, le sustrajo. Los recreos han empezado a contemplarse como espacios de aprendizaje y de un trabajo de la estructura y de la identidad de convivencia de los centros educativos hasta el punto de que teorías como la gamificación o el aprendizaje basado en el juego vienen pegando fuerte. De mismo modo, son numerosas las plataformas que se apuntan a promover espacios de recreo más inclusivos, más dinámicos o más coeducativos, tal es el caso de la ONCE y su concurso anual que este año dedica a los patios inclusivos.

transformando un patio tradicional en un patio colectivo coeducativo

Nosotras queremos sumar nuestro granito de arena aportando una actividad que llevamos a cabo en nuestro centro educativo el CEIP Mestre Martínez Alonso, centro del PFPP “O patio que creaMOS” coordinado con el CFR de Vigo, para promover un estilo de juego más espontáneo o menos influenciado por los estereotipos de género.

Patios colectivos

Los #PatiosColectivos son una estructura de nuestro centro que se celebra dos días a la semana para promover un juego más inclusivo en el que todo nuestro alumnado participe. Tomamos como modelo para su realización la teoría de Patios y parques dinámicos de Gey Lagar, que promueve la autodeterminación y la inclusión del alumnado con diversidad funcional en los espacios de recreo. Se trataría de organizar juegos en los tiempos de ocio de modo que aporten una estructura visual a modo de pictogramas para facilitar la opción libre al juego.

Hay que tener en cuenta que muchos niños tienen vetado el acceso al juego, pues no entienden sus normas o estructura. De este modo, conseguimos, no sólo que jueguen (cosa que han venido perdiendo por varios factores), sino que jueguen todos.

Pero no solamente los niños con diversidad funcional están excluidos de lo lúdico por su condición, sino que muchos niños están coartados a la hora de jugar con determinados juguetes o a determinados juegos por considerarse “femeninos” y viceversa.

Un Patio Colectivo Coeducativo que haga reflexionar

Desde el Ceip Mestre Martínez Alonso no queríamos dejar de tener en cuenta a la hora de gestionar nuestros “patios colectivos” un tema tan importante como es la perspectiva de género. Son ya constatados los estudios que muestran cómo el patio de los colegios está dominado casi en su totalidad por el fútbol. En una sociedad donde este deporte todavía es predominantemente masculino debido a los estereotipos de género las niñas acaban ocupando únicamente las esquinas del patio.

De la misma manera que el mundo adulto es, a pesar de los grandes avances, fundamentalmente androcéntrico (el hombre es el centro de casi todo) el mundo infantil no deja de ser un pequeño reflejo de esa esfera adulta. Las niñas aprenden desde bien pequeñas que han de ocupar menos espacio que ellos, que su juego tiene que ser más tranquilo (no se les permite mucho movimiento ya que no hay espacio) y ha de estar, además, siempre supeditado al de los niños. Los niños aprenden que el espacio es de ellos y les corresponde ocuparlo y dominarlo.

En nuestro colegio queríamos romper de una vez con esta idea de juego por sexos y de recreos androcéntricos, así que los patios colectivos nos han brindado una gran oportunidad para ello.

Actividades coeducativas en el recreo del proyecto “El patio que soñaMOS”

Una vez reflexionado en las aulas sobre estas cuestiones y en coordinación con el Equipo de Convivencia, decidimos llevar a cabo una actividad para promover la ruptura con los estereotipos de género desde el patio de nuestro colegio. Niñas y niños fueron invitados a traer consigo, en uno de los recreos, juguetes que rompieran con los estereotipos de género de su propio sexo. Es decir, a las niñas se les pidió que trajesen juguetes considerados por la sociedad como masculinos (que no “de niños”) y a los niños que trajesen juguetes “femeninos” (que no “de niñas”).

imagene patios colectivos coeducativos: niños con juguetes considerados masculinos y femeninos.

Las familias fueron informados con cierta anterioridad de lo que iba a transcurrir en el patio para tener su colaboración. La respuesta por parte de los madres, madres y alumnado fue bastante positiva en cuanto a participación. Pero también nos encontramos con algunas realidades interesantes a analizar.

Así transcurrió la jornada

La mayoría de las niñas no tuvieron dificultad alguna en traer algún juguete masculino, aunque sí hubo excepciones. Sin embargo, los niños recurrieron a juguetes de sus hermanas, primas o incluso hubo alguno que llegó a comprar un juguete (algo que habíamos “prohibido” en la circular informativa), ya que en su universo particular de juguetes el mundo femenino no tenía lugar.

Hubo niños que por primera vez en muchos años sintieron libertad para poder traer su peluche o muñeca al colegio sin ser criticados por ello, ya que esta vez era un “mandato” escolar. Para estos niños y niñas fuer un día de verdadera fiesta. Pero también pudimos observar cómo ciertos grupos de niños de último cursos de primaria, que no habían traído juguetes, hacían comentarios despectivos sobre algunos juguetes de otros niños del cole.

¿Qué hemos aprendido con esta actividad coeducativa?

  1. Que tenemos que seguir trabajando la coeducación y el acoso escolar de género  (expresión de género, igualdad de género…) aunque no nos lo parezca.
  2. Que estos conocimientos coeducativos han de ser asentados y para ello la constancia es fundamental. Trabajarlos el 25 de noviembre y el 8 de marzo no es suficiente.

¿Qué podemos hacer para impedir los estereotipos en el juego?

Es nuestra responsabilidad como profesorado, padres y madres incidir en la formación coeducativa de manera transversal y en todos los ámbitos posibles (juguetes, profesiones, disfraces, deportes…).

Tenemos que generar espacios y oportunidades para que las niñas y niños que no encajan de manera evidente en casas rosas y azules tengan tanto voz como momentos de disfrute con sus iguales.

En conclusión, y parafraseando a Virginia Burden en la cita que hemos elegido como lema de nuestro centro educativo: “La cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta, si no lo hacemos todos”; porque no habremos conseguido una sociedad igualitaria en el momento en el que dejamos que estas cuestiones queden relegadas a fechas señaladas, pensando que ya no es necesario trabajar de un modo coeducativo en todos los planos de los centros escolares. Para que ninguna niña o ningún niño se pierda esta meta, para que nadie se quede sin jugar.

Comentarios(5)

  • Gracias por el blog y por compartir contenido. Enhorabuena. Nadia

  • ¡Qué ideas tan estupendas! Es muy importante que desde pequeños aprendan a jugar unos con otros, sin dejar a nadie de lado y buscando soluciones para que todos puedan jugar. Por suerte, existen muchos juguetes que fomentan las actividades en colectividad. Es ideal para que todos los pequeños hagan equipo y crezcan compartiendo.

  • Nos parece una buen idea que deberia de ser obligatoria en todos los centros educativos,tanto en primaria como en secundaria.

  • Andrés Felipe Pérez Velasco

    Hola, investigando sobre educación encontré tu blog, muy
    interesante el texto, si bien no estoy de acuerdo como el enfoque de género por los intereses de empresas que hay detrás, de debe dialogar sobre educación.
    Por si quieres pasar a leerme
    https://laeducacioncotidiana.blogspot.com/
    Un saludo desde Colombia.
    Andrés Felipe

  • Como de costumbre, un excelente artículo acerca de lo que más hace falta en Chile: Una educación completa del siglo XXI. Felicitaciones.

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