¿Os imagináis poder sostener en la mano una imagen 3D de un elefante, de la torre Eiffel o del cuerpo humano? Lo hemos visto miles de veces en películas de ciencia ficción y, ahora, la realidad aumentada aterriza también en las aulas.

La realidad aumentada consiste en añadir una capa de información virtual al mundo físico mediante gráficos generados por un ordenador y proyectados a través de un vídeo. De este modo, permite percibir cualquier objeto como si realmente estuviera junto a nosotros.

Pero, ¿cómo puede beneficiar la realidad aumentada a los alumnos y profesores? Benjamin Franklin ya lo dijo en el siglo XVIII: ‘Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo’. Ahora, trescientos años después, esta frase tiene más sentido que nunca. Los niños necesitan ver y tocar el mundo para aprenderlo. No les basta con leer cuatro líneas sobre los monumentos romanos: necesitan verlos e interactuar con ellos. Gracias a la realidad aumentada es posible, puesto que con ella hasta el Coliseo de Roma cabe en una aula. E incluso un músculo, órgano o hueso del cuerpo humano puede aparecer delante de nuestros ojos, sobreponerse a nuestro cuerpo y moverse con nosotros para ver cómo funciona.

Algunos especialistas creen que la realidad aumentada puede ser la pieza que le falta al rompecabezas del aprendizaje: los niños y niñas tienen diferentes enfoques a la hora de aprender. Hay muchos alumnos que tienen más facilidad para adquirir conocimiento a través de sentidos como la vista, el oído y el tacto.

Con la realidad aumentada, se pueden desarrollar muchas actividades para que las niñas y niños adquieran conocimiento de la mejor manera posible: a partir de su propia experiencia.

Éstas son algunas de ellas:

• Descubrir los cuerpos geométricos a partir de edificios y monumentos 

Con la aplicación gratuita ARSights, por ejemplo, pueden descargarse directamente de Google Maps monumentos de todo el mundo para estudiar las formas geométricas e identificar caras, aristas, vértices, etc. También se puede utilizar para explicar corrientes arquitectónicas, construcciones típicas de determinados países o periodos de la historia, etc.

• Crear un libro temático

Los propios alumnos pueden crear su libro de texto y participar en los contenidos que tienen que estudiar. A simple vista, el libro es solamente un seguido de páginas con códigos impresos. Sin embargo, con un dispositivo móvil o una webcam se pueden visualizar vídeos, textos o gráficos creados por los propios alumnos. En la escuela Jesús Nazareno de Perú crearon un libro temático a partir de una visita al Museo Arqueológico de Ancash, donde recogieron información sobre los primeros pobladores de Perú y diversas culturas de la zona.

• Tener un zoo aumentado en clase

A las niñas y niños les encantan los animales y aprovechar su interés por ellos puede ayudar a estudiar cómo se reproducen, cómo se alimentan, en qué hábitats viven, etc. Una manera perfecta de involucrarlos es creando un zoo a través de la realidad aumentada. Es tan fácil como reunir una fotografía de cada animal con su correspondiente código de realidad aumentada y adjuntarle vídeos, links de páginas que hablen de ese animal, etc.

• Estudiar idiomas, matemáticas, química y el cuerpo humano

Simplemente imprimiendo los códigos de realidad aumentada pueden crearse actividades increíbles. Todo lo que puede hacerse en un ordenador, puede trasladarse a la palma de la mano. Así, no es extraño poder ver cómo late un corazón, cómo se mueven los músculos y huesos en tu propio brazo, mezclar componentes químicos o relacionar dibujos con su correspondiente palabra.

Y esto sólo son algunos ejemplos, las posibilidades que ofrece la realidad aumentada son infinitas y solamente necesitan de alguien que quiera utilizarlas y aprovechar su potencial para mejorar el aprendizaje los niños y niñas.

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Por Pilar Soro