Si pudiera definir el modelo pedagógico Signa en 3 palabras, ¿cuáles elegiría? ¿Por qué?
Está claro que optaría por personalización, educación integral y equitativa y aprendizaje significativo.

¿En qué se diferencia este modelo de otros que también abanderan que el alumno sea el centro de su aprendizaje?
Signa recoge las líneas pedagógicas de los colegios de la Compañía de María impulsando el aprendizaje personalizado. La educación tiene una aplicación práctica por ello el proceso de enseñanza y aprendizaje debe facilitar que cada estudiante llegue tan lejos, con tanta amplitud, capacidad y competencia como le sea posible. Nuestro modelo pedagógico impulsa la personalización, la equidad de oportunidades y promueve la excelencia educativa ofreciendo una respuesta personalizada a las necesidades y la diversidad del alumnado. El primer paso para ello es conocer las necesidades, fortalezas, intereses y potencialidades de cada alumno, considerándolo como una persona única e irrepetible con infinitas posibilidades para aprender.

¿Cómo logran personalizar el aprendizaje de cada alumno?
En primer lugar, intentando conocer y definir el perfil de cada alumno. Sin saber cómo es no podemos descubrir qué necesita. Establecer el perfil de alumno es el punto de partida para fijar los objetivos de aprendizaje personalizados.

¿Qué implica definir el perfil de todos los alumnos?
Supone considerar al alumno como un ser único con una personalidad, unos intereses y motivaciones, un potencial y una capacidad y un estilo para aprender determinado. En segundo lugar, potenciar el trabajo significativo en el aula facilitando los saberes, las herramientas y las actitudes necesarias para la vida actual y futura, valorando el esfuerzo y la dedicación personal. La planificación de las propuestas educativas intenta adaptarse a las necesidades personales y grupales del alumnado a partir del uso de una variedad metodológica que huye de un aprendizaje mecánico y repetitivo, carente de significado, que imposibilite la adquisición de las destrezas y las habilidades que permitan a los discentes aprender de forma autónoma.

¿Y qué papel tiene el docente?
La relación entre el alumno y el profesor se fortalece. El alumno es acompañado por un docente comprometido que se convierte en agente de cambio, motivador, guía y acompañante, que conoce y respeta el ritmo personal de cada estudiante, atiende sus necesidades y ayuda a fortalecer y desarrollar sus capacidades. La relación que mantiene con cada uno de ellos está basada en la confianza y el respeto mutuo. El conocimiento se construye por descubrimiento de forma significativa, dialogada y auto generativa. El intercambio y trabajo con las familias es también fundamental para poder conocer y acompañar a cada alumno en su desarrollo personal y educativo.

¿Qué papel tienen las familias en la escuela? ¿Qué compromiso tienen con el modelo ?
¡Sin ellos no somos nada! Contamos con ellos para desarrollar nuestro modelo y son una parte fundamental en nuestro proyecto. El Modelo Pedagógico se basa en un triángulo donde el alumno se sitúa en el centro y la escuela y la familia trabajan en sintonía, por un proyecto común. En él, las relaciones basadas en la confianza mutua marcan un proceso continuo y estimulante que permite el crecimiento, la interrelación, el diálogo y el trabajo conjunto. Podemos decir que el modelo impulsa una redefinición de papeles.

¿En qué sentido?
Se produce una redefinición de los roles que ejerce el alumno en su proceso de aprendizaje (protagonista y responsable), el del docente en el aula (promoviendo y facilitando el desarrollo personal y social de cada estudiante a partir de actividades que le permitan asumir responsabilidades y la toma de decisiones) y el de las familias (involucrándose en el desarrollo personal y escolar de sus hijos).

¿Por qué es positivo que cada alumno pueda seguir su propio ritmo o itinerario?
Porque como te expresaba, cada uno es diferente. Esto no quiere decir que tengamos que hacer 25 programaciones distintas en el aula pero sí que cada niño o joven que esté en nuestras aulas pueda tener una vivencia educativa personal, significativa, cualitativa para superar y dar respuesta a los desafíos y aspiraciones que se van presentando. La valoración del conocimiento es un factor clave para generar valores y objetivos acordes a la realidad personal y contextual de cada alumno.

¿Con este tipo de métodos, solo se potencian los puntos fuertes de cada persona? ¿Se pueden reforzar los puntos débiles?
¡Por supuesto! Un sistema de aprendizaje personalizado impulsa el proceso de personalización y socialización, reconoce y fomenta la singularidad, la sociabilidad, la originalidad y la autonomía de cada alumno para desarrollar al máximo sus potencialidades. Tiene en cuenta las potencialidades de los alumnos, pero reconoce también aquello donde tiene dificultades, lo que les cuesta o qué necesita un seguimiento mayor.

¿El error tiene cabida en esta metodología?
El error y las dificultades son piezas claves en el proceso de enseñanza y aprendizaje ya que permiten regular el aprendizaje y son nuevos puntos de partida para aprender. Son indicadores de los obstáculos con los que se enfrenta el pensamiento de un alumno y conociéndolos se les puede ayudarles que dar respuesta haciendo que el alumno sea siempre el protagonista y responsable de su propio aprendizaje.

¿Cómo evalúan los avances de cada alumno?
El Modelo Pedagógico otorga un papel relevante a la evaluación personalizada como componente regulador fundamental del proceso de aprendizaje y enseñanza, y por eso desarrolla sistemas operativos y eficaces que sirvan de motor para iniciar nuevos aprendizajes, remediar deficiencias y tomar decisiones a tiempo. Para ello, se evalúan los distintos elementos que integran el proceso educativo: el aprendizaje de los estudiantes, el profesorado, los materiales, los centros educativos y la coherencia entre los objetivos, los contenidos, la metodología y la evaluación. El alumno es una pieza clave que está implicado activamente en el proceso de evaluación al compartir responsabilidades con el maestro.

¿Qué aporta esta evaluación a los alumnos?
Alejarse de una evaluación que etiquete o se centre exclusivamente en los logros finales. Se opta por propuestas evaluativas donde se apliquen estrategias adaptables a los diversos estilos de aprendizaje. En el aula se motivará la autoevaluación (realizada por el propio alumno sobre sus logros y proceso de aprendizaje), la coevaluación (realizada entre iguales, motivando la interacción entre los alumnos) y la heteroevaluación (efectuada por el docente sobre el proceso de aprendizaje y los logros del alumnado) así la evaluación se convierte en el punto de partida para nuevos aprendizajes.

¿Cuáles cree que son las competencias que los alumnos de hoy necesitan desarrollar para afrontar el futuro?
Se educa no para que los alumnos aprendan “profesiones”, sino poniendo el foco en el aprendizaje de destrezas necesarias para el futuro. La verdad es que nadie sabe como será el futuro pero sí podemos intuir aquellas habilidades o destrezas, las tan conocidas soft skills, que serán imprescindibles para que lleguen a ser buenos ciudadanos y grandes profesionales.

¿Vuestro modelo pedagógico promueve dichas competencias en el alumnado?
Apuesta por la excelencia, el desarrollo cognitivo y afectivo óptimo del potencial y del talento de cada alumno desde una perspectiva sistémica, entendiéndolo como un abanico de competencias, aptitudes y habilidades que deben crecer exponencialmente. Por ello, se opta por una educación que se aleja de un modelo de reproducción del conocimiento (donde el aprendizaje es cerrado y pasivo) y se inclina por un modelo de desarrollo del talento (donde el aprendizaje es abierto y activo) en el que se potencian la curiosidad y la indagación, el hacerse preguntas y el compartir ideas para llegar a formular las propias conclusiones, el trabajo en equipo… que llevan a asumir retos y salir de la zona de confort.


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