¿Sabías que a 1 de cada 4 personas nos afectará un problema de salud mental a lo largo de nuestra vida? Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud, que este año se dedica a la depresión, una problemática cuya transversalidad contrasta con la escasa visibilidad que tiene en la sociedad en su conjunto y en el aula en particular.

Según los estudios más recientes, el 70% de los problemas de salud mental surgen antes de los 18 años y constituyen la principal causa de morbilidad en los jóvenes. El padecimiento de estos trastornos, que puede tener efectos importantes en la salud general y el desarrollo del adolescente, tiende a ir asociado a diversos problemas sanitarios y sociales.

La lucha contra el estigma como eje conductor

El estigma y la discriminación son la principal barrera que nos encontramos para la recuperación, el bienestar y, en definitiva, para tener una vida plena y normalizada.

El estigma hace referencia a la atribución de cualidades negativas y despectivas sobre un colectivo de personas, las cuales pasan a ser vistas, pensadas y tratadas a través de un prisma construido a base de prejuicios y falta de información. Estereotipos todos que no se corresponden con la realidad, pero que influyen en las actitudes y comportamientos.

• Aislamiento: El estigma provoca que las personas con problemas de salud mental sean aisladas socialmente.
• Ocultamiento: Por miedo a ser aislados, los jóvenes ocultan su problema.
• Falta de ayuda: El joven afectado acaba llegando tarde o no llega a los servicios especializados.

¿Por qué un proyecto en el ámbito educativo?

A raíz de la realización del estudio “El estigma y la discriminación en salud mental” pudimos, por primera vez, monitorizar la experiencia de aquellas personas que viven con un trastorno, e identificamos los grupos de interés clave para lograr la mayor eficacia posible en nuestras intervenciones.

Como ejemplo de esta metodología pusimos en marcha el proyecto ‘What’s up! Cómo vas de salud mental?’ diseñado para jóvenes entre 12 y 14 años que ya está en funcionamiento en decenas de institutos de Cataluña a través de la infusión curricular. Los objetivos del proyecto son:

• Prevención del estigma y la discriminación en salud mental en la edad más temprana posible. Mejorar la identificación y el abordaje de los problemas de salud mental en jóvenes, contribuyendo a una identificación sin prejuicios.
• Prevenir el desarrollo o cronificación de los problemas de salud mental en los jóvenes, mejorando el conocimiento y luchando contra el estigma.
• Mejorar las actitudes y los comportamientos de los jóvenes acerca de los problemas de salud mental.
• Implicar a la comunidad educativa (madres, padres, tutores, asociaciones juveniles y centros educativos) en la lucha contra el estigma y la discriminación de personas con problemas de salud mental.
• Mejorar la capacidad de resiliencia de los jóvenes.

Hablemos de salud mental en el aula

Para eliminar los tabúes y prejuicios que existen sobre salud mental, lo primero que hay que hacer es reconocer que TODOS tenemos salud mental y que, igual que la salud física, esta puede estar mejor o peor a lo largo de nuestras vidas. Así que lo mejor que podemos hacer es tan fácil como hablar sobre la salud mental de una manera normalizada y cotidiana.

¿Cómo hacer que nuestros alumnos se tomen en serio la salud mental?

1. Recordando que los problemas de salud mental no son una cosa extraña y aislada, sino que es más común de lo que parecen.
2. Generando empatía hacia las personas que tienen un diagnóstico y que han sufrido estigma y discriminación por esa razón.
3. Llevando a cabo la educación en contacto, es decir, que el grupo conozca de primera mano la experiencia de personas con un diagnóstico y/o  colaborar con entidades de salud mental cercanas.
4. Respetando y alentando aquellos alumnos que quieran hablar públicamente sobre su salud mental y reconociendo su valentía delante del grupo.
5. Dando espacio a las emociones que puedan surgir en clase por parte de los alumnos.

¿Cómo evitar caer en el estigma al tratar la salud mental en el aula (consejos también aplicables a nuestro día a día)?

1. Es importante que cuando hables de la salud mental y de las personas que tienen un problema de salud mental, no lo asocies con violencia y no confundas el trastorno con disminución psíquica.
2. Evita utilizar el diagnóstico de una persona como esencia. En vez de utilizar el verbo ser, sustituyéndolo por verbos como tener/pasar/experimentar, para evitar que el trastorno mental sea la característica principal de la persona.
3. Evita generalizar. Cada persona es un mundo y vive de una manera distinta su diagnóstico.
4. No utilices el estereotipo de la persona con trastorno como persona extravagante, liberada, u otros atributos que pueden ser motivo de burla.
5. Cuidado con los falsos positivos: tener un trastorno mental no necesariamente  implica ser un genio en matemáticas o en el arte.

Por último, como docentes, tenemos que ser conscientes que nosotros somos expertos en nuestras materias y que no somos ni psicólogos ni psiquiatras que podamos abordar de manera individual los posibles problemas de salud mental de nuestros alumnos. Así pues, tenemos que estar atentos y pedir ayuda cuando detectamos que alguno de nuestros alumnos está pasando por situación de salud mental que dificulta su día a día de manera significativa o cuando esta situación se prolonga de manera continuada en el tiempo, para acompañarlo o dirigirlo a aquellos servicios especializados de salud mental infanto-juvenil.

El estigma por razón de salud mental es un problema global y la lucha para erradicarlo tiene que ser una prioridad en cualquier sociedad democrática y libre.