Gracias a las TIC, el conocimiento es más abierto y compartido que nunca, ¿qué consecuencias tiene este hecho en la educación?
Las TIC han universalizado el acceso al conocimiento. Permiten acceder al contenido de una manera fácil y sencilla, de modo que este puede circular y servir como semilla para nuevo conocimiento. Antes de la digitalización, el saber era un bien escaso, consolidado y custodiado en soportes físicos limitados que dificultaban su libre circulación. Con la sociedad de la información, internet y los dispositivos móviles, el problema no es de escasez, sino de filtrado y aplicación de criterio para seleccionar y reutilizar el contenido de calidad y ponerlo a disposición de la creación de nuevo conocimiento.

El docente ya no es el encargado de transmitir conocimiento, la información se encuentra en todas partes… ¿cómo puede cambiar este hecho la función del docente?
Cambia de forma positiva en el sentido de que puede y debe centrar sus energías en el apoyo pedagógico al alumno, en dotarle de herramientas cognitivas y estrategias de aprendizaje que le permitan ser autónomo en la búsqueda, selección y utilización del conocimiento para aprender en este nuevo entorno tecnosocial. De esta forma, el profesor cobra mayor valor como guía, tutor y acompañante del proceso de aprendizaje de los alumnos. La función del docente continua y continuará siendo imprescindible.

¿Cuál es el estado actual de integración de las TIC en las aulas?
Ya no estamos ante un problema de dotación, pues cada vez la tecnología está más presente en las aulas, sino ante un problema de asimilación y de utilización de las mismas dentro de un proyecto real de transformación pedagógica. Sin una debida mediación de los profesores ante la tecnología, y un adecuado acompañamiento en el ámbito doméstico, corremos el riesgo de que se conviertan en agentes desmotivadores, aparcados en una esquina, sin mantenimiento técnico y, lo que es peor, sin un plan de trabajo al servicio de una mejora educativa.

¿Cuáles cree que son los puntos fuertes de la tecnología dentro del aula?
Su capacidad transformadora, si se engloban dentro de una conceptualización de la educación como abierta, digital y colaborativa, que ensanche los límites del aula y contribuya a formar ciudadanos más libres y comprometidos socialmente.

¿Y lo puntos débiles?
Su mal uso al servicio de la perpetuación de sistemas de enseñanza bancarios y unidireccionales, centrados en las disciplinas y no en las competencias necesarias para el ciudadano del siglo XXI. Esto tiene mucho que ver con lo que comentamos en la pregunta anterior, sobre la integración en las aulas y en la dinámica de estas.

¿Cómo han cambiado las TIC la manera de enseñar?
Han “enseñado” que es necesaria otra forma de facilitar el aprendizaje, en consonancia con las tecnologías de la información y la comunicación disponibles en la sociedad actual. Otra cosa es que lo hayan conseguido, pues todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a la formación del profesorado, la implicación familiar y el apoyo administrativo se refiere, pero a estas alturas apenas se cuestiona que es un reto necesario que no se puede negar ni ignorar.

¿Cómo cree que debería ser una escuela que prepare a los profesionales del futuro?
Una escuela abierta, digital y colaborativa, que prepare profesionales para un futuro más libre, más solidario y más innovador.

¿Qué habilidades cree que deberán tener los profesionales del futuro?
Tolerancia a la incertidumbre, capacidad de trabajo en equipo, generosidad para compartir y aprender con otros, aprendizaje autónomo y permanente, así como empatía para incorporar un pensamiento sistémico y reflexivo.

¿A partir de qué edad recomienda que los más pequeños comiencen a utilizar los aparatos tecnológicos? ¿Cómo deberían interactuar con ellos?
La tecnología es parte de sus vidas y deben enfrentarse a ellas como algo necesario; aprender su potencial creativo, pero también ser conscientes de sus riesgos. Para ello es fundamental la intermediación de los adultos implicados en su enseñanza, fundamentalmente familias y maestros, que deben actuar como guías para saber introducir el dispositivo y la aplicación adecuadas a según qué edad y según qué etapa evolutiva.

No es tarea fácil…
Esto, ineludiblemente, implica un conocimiento específico por parte de los educadores, familias y maestros, de herramientas y contenidos para ser capaces de ofrecerlas a los más pequeños de forma dosificada y acompañada. Evitar las tecnologías hasta determinada edad, procurando que esta sea la más avanzada posible, no es realista en el mundo en el que vivimos y ni siquiera deseable por las mismas razones.

A muchos padres y educadores les da vértigo que los niños se planten frente a las pantallas a edades tempranas.
Son parte de nuestro entorno y estamos obligados a formar a nuestros hijos en su contexto, en el mundo contemporáneo en el que conviven, incluidos sus amenazas y riesgos, para que sean capaces de desarrollar un actitud crítica hacia él. Ignorarlo, evitarlo y prohibirlo no es una solución y puede resultar altamente contraproducente. Enfrentarlo y conocerlo de forma crítica es mucho más enriquecedor y necesario.

Algunos autores, como la investigadora Catherine L’Ecuyer, afirman que la tecnología les distrae de descubrir el mundo real… ¿qué opina al respecto?
La tecnología es parte del mundo real y debemos aprender a desarrollarnos en él. Es cierto que el hipertexto, la multimedialidad y la interactividad, propiedades específicas del entorno digital, generan sus propios conflictos y dificultades (problemas de concentración, distracción ante la multipantalla, etc.), pero que el reto sea ambicioso no debe impedir que se asuma como necesario tratar ese tipo de problemas de una forma consciente buscando estrategias para controlarlo y minimizar su impacto.

¿Hacia dónde van las TIC relacionadas con la educación? ¿Cuál es el futuro más próximo en este ámbito?
Todo parece indicar un mayor interés de las grandes empresas de desarrollo de tecnología educativa por la automatización de procesos y la explotación del big data, así como ya ocurre en otros ámbitos como en la publicidad o en la medicina, de modo que haya rutinas que sean asumidas por las máquinas para extraer de ahí información relevante. Habrá que ver hasta qué punto esa delegación de tareas resulta realmente productiva para la tarea educativa, aportando más valor al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Acerca del autor

Tiching

Tiching es la red educativa escolar para encontrar, compartir y gestionar todo aquello relacionado con la educación. ¡Más de 600.000 personas ya se han unido!

Comentarios(3)

  • Las TIC no van a suplantar al docente de su función en el aula. La presencia de éste siempre será necesaria para convalidar lo aprendido por los estudiantes en el proceso académico. La PARTICIPACIÓN de estos dos, más la de los representantes, brindan las condiciones para la CONSTRUCCIÓN del conocimiento por parte de los estudiantes. Completamente de acuerdo con Tíscar (https://www.facebook.com/tiscar) a quien le mando un saludo desde Venezuela.

  • Augusto Najarro Rojas

    Totalmente cierta, las TIC han universalizado el conocimiento, pero no la educación. Ahora ya no existen dueños absolutos del saber y del conocimiento que eran los docentes. El profesorado ya no puede luchar contra la marea del avance de las tecnologías, prohibiendo a sus estudiantes, solo le queda convertirse en inmigrantes digitales y aprovechar para desarrollar el procesamiento de información de manera creativa, convirtiéndose en guías y acompañantes, proponiendo estrategias de aprendizaje adecuados, para desarrollar las competencias y capacidades en pro de formar ciudadanos reflexivos y críticos. Gracias

Deja un comentario

(*) Campos obligatorios