¿Qué hay de mágico en las aulas?
Las ganas de aprender que tienen los niños y las niñas. Tenemos que fomentar esas ganas que ellos ya traen de casa y buscar sus intereses y potenciarlos. Cada niño tiene un potencial especial, cada uno va a ser un genio en algo. Lo que hay que hacer como educador es buscarlo y fomentarlo.

¿Qué tipo de potencial tiene en su aula ahora mismo?
En este mes estamos leyendo El Gran Viaje de Silvestre, un bonito cuento de un pajarito que sale de su casa. De mis alumnos surgió la idea de hacer manualidades con esa temática, entre ellas la de hacer un pajarillo de plastilina y regalárselo a la autora para que nos venga a visitar. Hay una alumna que adora las manualidades y ha hecho una figura que es una genialidad. Tengo otro niño que en lectura no es tan bueno, pero es un genio dibujando y hace unos cómics con unos detalles increíbles. La magia de la educación es sacar lo mejor que tiene cada niño.

¿Qué consigue con la magia en sus clases?
Les ayudo con la motivación, con la atención, con la felicidad: llegan con el asombro encendido porque no saben nunca qué va a suceder. Fomentar el aprendizaje, la curiosidad, la emoción es imprescindible. Ahora en clase hacemos pequeños exámenes de magia: estamos trabajando el cálculo mental y como deberes tienen que hacer trucos a los familiares utilizando el cálculo mental. A través de la magia trabajo las matemáticas y a la vez aumento la autoestima y las habilidades comunicativas que son importantísimas. Hacer magia frente a los demás desarrolla enormemente esas habilidades en los pequeños. Es muy gracioso ver cómo se meten en el papel del mago, y yo contento porque aprenden y se divierten al mismo tiempo.

¿En qué momento convirtió la magia en una herramienta para el aula?
Empecé dando clases de educación física y ya utilizaba la magia entonces. Poco a poco me fui dando cuenta que había mucho que investigar y empecé a probar juegos, aplicaciones, para diferentes edades, diferentes etapas, etc. El resultado fue muy interesante y fruto de ello escribí mi libro Educando con magia, que salió a la luz en el año 2013.

¿Ahora cuesta más captar la atención de los alumnos?
Creo que sí, ahora están hiperestimulados. Cuando llegan a su casa tienen las videoconsolas, internet, redes sociales, Youtube… todo ello resta ilusión por aprender. Mi respuesta es la magia. Si les preguntas si quieren ver un truco, todos gritan siempre que sí. Tiene el potencial de la motivación, el asombro y el conseguir emocionarles a través de la magia. Los niños a clase vienen motivados, vienen muy felices porque saben que vivirán experiencias mágicas y diferentes.

¿La magia le puede sacar de la burbuja tecnológica en la que a veces están inmersos?
Sí, totalmente. Es difícil luchar contra eso, pero con la magia consigo captar su atención de una forma muy rápida. Están expectantes para ver magia y para hacerla.

¿Qué ve de mágico en su profesión?
Creo que el ser docente es una de las profesiones más admirables y bonitas que hay. La responsabilidad que tenemos es increíble: estamos creando la sociedad del futuro. Tenemos que ser conscientes de esto. Es una profesión muy noble y esto es pura magia. Personalmente me siento muy arropado por las familias de mis peques. Para mí la triangulación didáctica (alumnado, familias y profesorado) es perfecta cuando todos vamos a una.

¿Qué otras metodologías o recursos caracterizan sus clases?
Busco que los niños lleguen motivados y con ganas de aprender. Hace tres años trabajamos las asignaturas a través del mundo del cine y con un grupo de quinto hicimos una película de 50 minutos: El Libro Mágico. Fue un trabajo precioso porque yo aprendía al mismo tiempo que ellos. Por ejemplo: ¿cómo hacemos un guión? ¿qué es un giro de trama? Pues todos a averiguarlo y luego a ponerlo en práctica. Poníamos en común los guiones que ellos hacían y entre todos decidíamos el guión de la siguiente escena que grabaríamos. Fue un proyecto precioso y una experiencia maravillosa e irrepetible. Hicimos una presentación con alfombra roja, vestidos de largo, les regalamos un Oscar… Fue un año duro con mucho trabajo pero muy gratificante. Ellos aprendieron que con esfuerzo podrán conseguir lo que se propongan.

¿Qué otro proyecto recuerda?
Hace dos años el trabajo lo hicimos alrededor del mundo de la cocina. Las familias venían a cocinar, aprendíamos a cocinar recetas saludables y, en casa, ellos se implicaban más en la cocina. Veían lo significativo que era lo que aprendían por ejemplo: las reglas de tres. En la cocina le sacaban mucho jugo a este conocimiento. Al final hicimos un concurso tipo Masterchef, donde tenían que superar varias pruebas de lengua, de mates, de naturales, y luego hacían dos recetas con un jurado.

¿Qué cree que aportan los premios Global Teacher Prize a la educación?
Creo que enaltece y valora la figura del maestro. Los profesores no tienen todo el reconocimiento que se merecen y premios de estos ponen al docente en su lugar. Ahora se habla mucho de educación y creo que es muy importante que el profesorado se sienta valorado.

¿Por qué cree que pasa esto?
La gente siempre se fijaba en las vacaciones de los maestros, pero no en el trabajo tan importante que hacemos. Todo lo que nos implicamos los maestros durante el curso a veces es invisible. Es importante dar valor a la figura del educador. La mayoría de los maestros son innovadores, están comprometidos con sus alumnos y la comunidad. Y todo esto lo hacemos desde el anonimato. Este tipo de iniciativas favorecen que se conozca todo ese trabajo.

Y por los alumnos y alumnas, ¿os sentís valorados?
¡¡Claro!! ¡¡¡Muchísimo!!! Yo voy a trabajar contento porque sé que en cuanto llegue me van a abrazar, o cuando se acabe el curso nos pondremos tristes porque ya no nos veremos cada día. ¿De cuántos trabajos se puede decir lo mismo? El grado de implicación personal y emocional es extraordinario en nuestro trabajo.

¿Qué es lo que más le enorgullece?
Que los alumnos se acuerden de mí. Somos inspiradores para su futuro. Cuando un alumno te da un abrazo y las gracias por algo, es lo más gratificante que puede dar una profesión.

Si pudiese dar tres consejos a sus compañeros profesores, ¿qué les diría?
Creo que la clave es la formación y reinventarse. Que no caigan en la rutina. Lo que tu lleves encima se lo vas a transmitir a tus alumnos. Si estás ilusionado ellos se van a ilusionar, pero si estás aburrido o desmotivado ellos se van a aburrir igual. Creo que es muy importante reinventarse constantemente. ¡No hay que acomodarse!

Acomodarse, parece la palabra maldita.
Es lo peor. Antes cuando iba de centro en centro veía maestros que llevaban muchos años y que estaban muy aburridos de su trabajo. Era muy triste, porque habían caído en una rutina, y ese sentimiento irremediablemente se lo vas a transmitir a tus alumnos.

Si tuviera una varita mágica para eliminar algo del mundo educativo, ¿qué sería?
Las faltas de respeto, el bullying. La formación en esto también es clave. Hay muchos profesionales que se están volcando en el tema de la mediación. Hay que trabajar cuando sucede, pero más importante que esto es la prevención. Desde pequeñitos hay que enseñarles a no caer en las faltas de respeto.

Acerca del autor

Tiching

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Comentarios (1)

  • Sin duda lo que mejor representa la actual situación de los alumnos y alumnas es palabra hiperestimulados. Los niños y niñas parecen pequeños duendes saltando y rebotando por el aula, un descontrol fomentado por videjuegos, e-sports e Internet. Debemos dar la vuelta a ese proceso y convertir a los alumnos y alumnas en personas que utilicen la red para autoeducarse, y es que al fin y al cabo Internet ofrece todo lo necesario para expandir nuestro conocimiento.

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