¿En qué consisten los juegos Yo, persona, Mundo cruel y Lo que tú quieras?
Son libro-juegos o juego-libros, es difícil decidirse por el orden, pero los tres comparten que vienen en caja, con las páginas sueltas para poder barajarlas al azar u ordenarlas con el criterio que apetezca a los lectores / jugadores. Cada uno de nuestros títulos es una invitación a explorar y reflexionar sobre un gran tema filosófico (la identidad -quién somos y qué somos- en el caso de Yo, persona; la crueldad en el caso de Mundo cruel, y la libertad en el caso de Lo que tú quieras). Son juegos que invitan a pararse a pensar, a solas o en compañía, pero concibiendo “pensar” como una posible actividad a la que uno puede dedicarse un rato.

 ¿Qué valores o ámbitos pretenden potenciar?
Pretende potenciar el pensamiento y la reflexión pausadas, y todo lo que implica: escucha, pensamiento hipotético, pensamiento lógico, pensamiento empático, argumentación, imaginación, lógica…

¿Por qué es importante enseñar filosofía en la escuela?
Es importante porque la filosofía es la base de la curiosidad; pone orden y le da rigor a la curiosidad. Es esencial como base o trampolín a la curiosidad en otras asignaturas. Me parece importante promover una actitud filosófica hacia el mundo que, por ende, lo es también hacia las asignaturas. Es una actitud crítica y cuestionadora

¿A partir de qué edad se puede trabajar la filosofía?
A partir de que se empieza a desarrollar el habla. Con niños muy pequeños, de 2 o 3 años, hay muchos hábitos que se pueden incorporar y trabajar en el aula y en casa que fomentan la costumbre de escuchar, pararse a pensar y ser riguroso con las respuestas que uno recibe. En la esas edades, en la época de los “por qué”, es importante darles importancia, atenderlos y preocuparse porque no decaigan; que es justo lo contrario de lo que muchas veces ocurre tanto en el hogar como en la escuela.  Trabajar ese “por qué” y esa curiosidad natural es importante para fomentar ciertas actitudes.

A veces la filosofía en las aulas se centra en estudiar una larga lista de pensadores y sus diferentes teorías… ¿Hay otra forma de aprender filosofía?
Se puede enseñar a filosofar. Lo ideal es combinar ambos enfoques. Pero creo que es de sentido común que para comprender una teoría de un pensador, es útil haber reflexionado sobre lo mismo que él para ser conscientes de donde viene su teoría y cómo ha llegado a ese punto. Siempre hace falta traer a la vida la idea y las reflexiones de estos filósofos y la forma de hacerlo es hacerlo relevante para los estudiantes.

¿El juego es la manera de introducir la filosofía en el aula, o hay también otras metodologías adecuadas?
Creo que hay tantas maneras de introducir la filosofía en el aula como funcionen para cada profesor. Realmente no pienso que haya una sola metodología. Lo mejor suele ser combinar distintos enfoques y caminos para generar una aproximación rica y multidimensional a la filosofía.

 ¿Y el llamado espíritu crítico? ¿Cómo cree que se puede potenciar en los más pequeños?
Hay muchas maneras de fomentar un espíritu crítico, que al fin y al cabo no es otra cosa que hacer consciente a los niños de que son sujetos e interlocutores reales en el mundo. Que tienen el derecho y la obligación de reaccionar ante el mundo con su propio camino de reflexión, sin adoptar sin más el camino que nos viene dado. Leer prensa, analizar publicidad, cuestionar ciertas verdades dadas y buscar la base científica o de razonamiento detrás de las ideas se puede llevar a muchas de las asignaturas. Sobre todo, creo que debe ser algo transversal. Una actitud hacia el mundo, para desarrollar un criterio de qué información es fiable y cuál podría no serlo, de qué postura es respetable y cuál se cae por no tener donde apoyarse.

Últimamente estamos viendo como se está dando cada vez menos importancia en el currículum a las materias “menos productivas”, como es el caso de la filosofía. ¿Qué opina de ello? ¿Qué consecuencias puede tener?
Creo que esa idea de productividad es estrecha y corta de miras. Yo estudié filosofía en Edimburgo. Nunca, nadie en Reino Unido me preguntó qué salidas tenía esa carrera. En España no había ocasión en la que mencionara lo que estaba estudiando sin que alguien sacara el tema de las salidas que podía tener o me mirara con cara de estar pensando que era una romántica alocada por estudiar algo tan alejado de la vida práctica. Así se percibe la filosofía. En ese sentido, yo defiendo la educación como un bien intrínseco para el desarrollo de la persona y creo que hay que separar la formación vocacional del concepto de educación.

¿Cree que en el aula faltan juegos para que los alumnos y alumnas puedan aprender filosofía, educación en valores, etc.?
No tienen que ser juegos. Y no separaría la filosofía o la educación en valores de otras asignaturas. Tiene que haber libros, enfoques y materiales que enganchen genuinamente al alumnado. Esto se consigue planteándoles cosas que les importan, que les enganchan, que les mueven.

¿Cómo plantearía una sesión de juego en el aula con este objetivo?
¡Sacaría una caja de Wonder Ponder!

¿Considera que en el aula se tiende a poner el acento en las TIC y, en ocasiones, se olvidan las actividades más analógicas como esta?
No tengo problema con las TIC, pero sí tengo problema con la percepción de las TIC como algo diferente a lo analógico en un sentido de calidad de aprendizaje o calidad educativa. Las TIC son un medio y no un fin. Las cajas de Wonder Ponder no podrían ser más analógicas y esto fue una decisión muy meditada. Creemos y hemos visto que la implicación física de abrir la caja, sacar las tarjetas, barajar, disponer en el suelo, en un muro, implica un tipo de enganche mental distinto.

¿Se puede trabajar la filosofía también en casa, en familia?
Sí. Hay un consejo fundamental. Cuando tu hija o tu hijo te haga una pregunta, devuélvesela y di “Y tú, ¿qué piensas?”. Hacer esto con frecuencia lleva pronto a acostumbrarse a un diálogo más rico, más reflexivo, en casa. El segundo consejo que daría es tratar de deshacerse del sentimiento de que, como adulto, debemos tener respuesta para todo.

Si tuviera que recomendar a las familias y maestros tres recursos educativos que incidan en las materias y ámbitos citados, ¿cuáles le recomendaría?
Un recurso muy interesante, y muy accesible para todos, es la buena literatura. No la literatura ejemplarizante ni que contenga lecciones, ni la que “sirva para trabajar” según qué tema. Sino la literatura que cuente buenas historias sobre personajes complejos, ideas ricas y trayectos interesantes, literatura que muestre nuestro mundo desde otros puntos de vista, o bien otros mundos posibles que nos hagan reflexionar sobre la realidad del nuestro.

¿Y recursos digitales?
 Hay un recurso estupendo desde el que se plantean dilemas morales para reflexionar sobre ellos. Está realizado por un equipo de personas especializadas en la práctica de filosofía para niños y dirigido más a secundaria, pero muchos de los dilemas son también muy adaptables a niveles de primaria. Con frecuencia, la educación en valores se realiza desde un intento de inculcar determinados valores desde el ejemplo o la condena.  Y es  justamente en la reflexión sobre los casos más difíciles o menos claros en cuanto a qué deberíamos hacer donde realmente surge una reflexión genuina, una educación real sobre la complejidad del mundo y una formación más significante en valores.

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Tiching

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Comentarios(4)

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  • CAMILO AGUILAR

    COMO PUEDO TENER ACCESO A LOS DILEMAS MORALES?

  • Estoy totalmente de acuerdo en que la filosofía se enseñe en las aulas, ya que es una manera de formar personas críticas que sean capaces de analizar cada situación y pensar por sí mismos. Creo que el hecho de quitar la filosofía en las aulas es una manera que tiene el poder para hacernos creer que es innecesaria y dedicar más tiempo a otras materias, y así formar ciudadanos más ignorantes, que no sean capaces de pensar por sí mismos y poder hacer de ellos lo que quieran. Igual soy muy directa, pero es la realidad que estamos viviendo día tras día. Pienso que es algo necesario, enseñar en las aulas, así como en las familias.

  • Creo que los buenos maestros siempre han sido y han enseñado filosofía a los alumnos e hijos . Cuando das la oportunidad de expresarte y explicar tu por qué de las cosas , ser atrevidos , sin cuestionarlos , cuando discernimos con ellos sobre la moraleja de los cuentos . todo tiene su moraleje desde los puntos de vista de cada quien .

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