Ya hace unos cuantos años que las TIC han llegado a las aulas, ¿cómo valora la integración inicial de estas herramientas en las escuelas?
Más que de integración, yo hablaría de “adopción”. Podemos tenerlas integradas, pero no manejarlas de forma adecuada. No está siendo un proceso fácil, pero en los últimos años ya se han hecho progresos importantes y algunas escuelas empiezan a destacar por este tema convirtiéndose en prescriptoras para las demás, y no sólo porque estén más tecnificadas que otras, sino porque han sabido aprovechar el potencial de las TIC provocando cambios metodológicos sustanciales.

¿Cuál debería ser el objetivo principal al integrar las TIC en la educación?
Las TIC tienen que provocar un efecto amplificador, ayudándonos a romper el concepto de aula tradicional, ampliando los mecanismos de comunicación y de colaboración, generando nuevas oportunidades de aprendizaje que nos permitan conocer diferentes enfoques del conocimiento y diferentes fuentes de información. Solo así podremos fomentar el pensamiento crítico y la reflexión.

¿Cómo cree que pueden ayudar las TIC en un nuevo modelo de aprendizaje?
La diversidad de medios y canales que nos brindan las TIC pueden multiplicar enormemente la eficacia de las metodologías de enseñanza y aprendizaje, pero hay que saber cómo. No podemos integrar la tecnología por el mero hecho de modernizar la escuela, porque está de moda o porque vamos a ser competitivos respecto las demás, sino porque estamos convencidos que con ellas vamos a cambiar el modelo educativo y con ello cubriremos mejor las necesidades sociales y demandas laborales.

¿Cómo han contribuido las TIC en la mejora del aprendizaje a lo largo de estos años?
Seguramente podríamos hablar de bastantes contribuciones, pero quizás algunas están teniendo más impacto que otras, y algunas todavía están por llegar. Ahora bien, la mayor contribución en mi opinión, que más bien es indirecta (o mejor dicho, no intencionada), es que ha puesto encima de la mesa la necesidad de renovar la educación.

¿Por qué cree que sucede esto?
El sistema educativo actual está resultando obsoleto, no se ajusta a las demandas sociales. La escuela debe ser un reflejo de lo que ocurre fuera de las aulas, y las TIC están siendo una revolución en todos los ámbitos, incluso en los territorios y sectores más desfavorecidos.

¿A qué achaca los cambios tan rápidos de los últimos años?
Nuestros alumnos pueden acceder a mucha información y en diferentes formatos, el conocimiento no se circunscribe sólo al entorno escolar ni se aloja, únicamente, en los docentes. Quizás tampoco lo estaba antes de la llegada de las tecnologías, porque también aprendíamos fuera y dentro de la escuela, pero las TIC están rompiendo fronteras, están ampliando posibilidades y de manera muy inmediata. Todo resulta mucho más instantáneo, más acelerado. Podemos saciar necesidades de forma mucho más rápida. Pero si bien todo tiene sus pros, también tiene sus contras, y no todo puede considerarse una contribución. Como apunta el filósofo Zygmunt Bauman, es una etapa en la cual todo lo que era sólido se ha licuado, en la cual “nuestros acuerdos son temporales, pasajeros, válidos solo hasta nuevo aviso”. Quizás es una advertencia a saber controlar los avances y no considerar los cambios revoluciones per se, porque hasta dentro de unos años no podremos valorar si las contribuciones de las TIC han supuesto verdaderas mejoras.

¿Las TIC han suplido una necesidad educativa o han creado nuevas?
Cualquier cambio puede suponer una mejora o suplir una necesidad, pero está claro que se crean otras. Pero esto no ocurre sólo en la educación, también sucede en otros ámbitos. No tienen nada que ver los televisores de ahora con los de hace 50 años. Y es que cuando vemos que algo funciona y nos resuelve un problema, pedimos más.

¿Qué cree que vendrá ahora?
Si solicitamos a docentes y alumnos que utilicen dispositivos móviles, tendremos que crear las infraestructuras que soportan las conexiones para poder trabajar en las mejores condiciones y no perjudicar los procesos de aprendizaje. Tendremos, además, que formar a los usuarios, pero no sólo en el uso instrumental, sino también en el uso metodológico, en cómo darle un valor añadido al uso de la herramienta. Y a su vez pediremos más y más prestaciones a las herramientas porque queremos diseñar nuevas interacciones educativas para potenciar nuevas habilidades, y así sucesivamente.

¿Cree que el sistema educativo actual puede aprovechar todo el potencial de las TIC?
Rotundamente sí. Si algunas ventajas nos brindan las TIC son precisamente la flexibilidad espacio-temporal, la adaptación a los distintos ritmos, la posibilidad de seguir itinerarios distintos en función de las necesidades y los niveles de partida. La personalización es un aspecto clave para el éxito educativo y las TIC aquí son fundamentales. Cuanto más capaces seamos de atender las necesidades específicas mediante planes de formación más personalizados, más crecerá la motivación y mejores resultados obtendremos.

¿En qué aspecto pondría más énfasis para sacar jugo a las TIC?
La evaluación es otro pilar del sistema educativo y las tecnologías están ayudando muchísimo a repensar nuevas fórmulas evaluativas, proponiendo un seguimiento más permanente y monitorizado, potenciando la evaluación continua y el uso de portafolios electrónicos como estrategia de recogida de evidencias de aprendizaje y reflexión de los procesos seguidos.

En general, ¿las TIC se utilizan bien dentro de aula?
Depende, no me atrevo a generalizar. Como he dicho antes, a pesar que muchas escuelas están avanzando y consiguiendo cambios importantes gracias a un buen uso de estas, queda todavía mucho por hacer. Yo veo todavía un uso irregular, y en algunos casos casi inexistente.

¿Dónde cree que se observan mejores resultados?
Se ven progresos, y las escuelas que pueden invertir recursos en ello y disponen de una buena planificación estratégica compartida por el claustro, quizás sean las que están un paso por delante. Son referentes porque implementan metodologías como el aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje basado en problemas, el uso de portafolios, actividades ludificadas, actividades grupales y en red, y el planteamiento de retos con webquest, entre otras muchas, todas ellas mediadas por las TIC y con el uso cada vez más de dispositivos móviles. Con este tipo de actividades la motivación e implicación de los alumnos es muy distinta. Sienten que buscar información, aprender a procesarla, tener que construir algo nuevo con ella y utilizar múltiples mecanismos de comunicación y de elaboración de productos con diferentes herramientas y formatos es mucho más enriquecedor que una actividad de escuchar o leer y luego intentar reproducir lo que uno recuerda para ser evaluado.

¿Cuales son los errores más comunes que se cometen?
Querer reproducir exactamente lo que ya hacemos presencialmente en una clase tradicional. La tecnología tiene que servir para complementar, para ampliar, para usar otros medios que nos den alcance a cosas que no podríamos tener de otra manera, o que tardaríamos mucho más en obtenerlas. La tecnología nos puede permitir simular la realidad, estimular otros sentidos usando variedad de medios (audios, vídeos, imágenes, simulaciones, animaciones, etc.). En educación, nos hemos basado y todavía nos estamos basando en un mundo demasiado textual. Quizás antes era más complejo y caro el uso de otros códigos, pero hoy en día las TIC nos están facilitando ese paso a un mundo más multimedia, multiformato, multicanal. En definitiva, con un efecto multiplicador apasionante.

¿Qué tres pautas daría a los profesores para escoger aplicaciones útiles en clase?
Que seleccionen aquellas que les ayuden a motivar y hacer disfrutar del aprendizaje, que les permitan también hacer un seguimiento del progreso de sus estudiantes y a personalizar su formación, que fomenten la colaboración y construcción de nuevos conocimientos, y que les faciliten la contextualización o escenificación de las actividades educativas para dar un mayor significado al aprendizaje.

Algunos profesores son reacios aún a la utilización de las TIC, ¿Por qué cree que esto sucede?
Es natural, cualquier cambio provoca entusiasmo en algunos y reticencias en otros. A veces se debe al propio desconocimiento y al temor a no saber cómo utilizarlas, y en otras ocasiones es una simple resistencia al cambio, quizás escepticismo, o incluso comodidad, nos cuesta salir de nuestra zona de confort: “si siempre lo he hecho así y me funciona, ¿por qué tengo que cambiarlo?”. No nos engañemos, un buen dominio de la tecnología requiere tiempo, formación y práctica, y no siempre estamos dispuestos ni abiertos a invertir nuestro preciado tiempo en ello.

¿Y cómo se puede solucionar esto?
Para empezar, involucremos a los alumnos a responsabilizarse de la formación y acompañamiento tanto de sus docentes como de sus colegas. Conozco iniciativas muy interesantes de escuelas que crean un grupo de alumnos expertos en el uso de las TIC: reciben formación específica, se ocupan de elaborar tutoriales para todos cuando una nueva aplicación se pone en marcha, buscan nuevas aplicaciones que los maestros solicitan para resolver problemas concretos, actúan como tutores apoyando tanto docentes como compañeros, y se responsabilizan de difundir entre toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias, las metodologías y las estrategias de aprendizaje que usan en la escuela, así como los resultados obtenidos con el uso de las tecnologías. Los resultados obtenidos son excelentes.

¿Cómo cree que deberían formarse los profesores para estar actualizados respecto a las TIC?
Es necesario que se formen en el ámbito de la educación y las TIC, que participen en investigaciones lideradas desde las universidades y las administraciones para mostrar los beneficios e impacto de éstas en el aprendizaje, y que construyan mecanismos de colaboración y trabajo en equipo internos, pero también entre distintos centros.
Algunas iniciativas y asociaciones que se iniciaron hace pocos años en este sentido están cada vez tomando más protagonismo, en las que son los propios profesores que han experimentado primero con las tecnologías y han obtenido buenos resultados los que forman a otros docentes y compañeros de profesión.
A estas iniciativas hay que añadir la formación informal que se establece mediante las redes sociales, un fenómeno emergente, el de las ecologías de aprendizaje. Cada vez más los docentes están buscando establecer conexiones en red, con el objetivo de compartir buenas prácticas, de establecer contactos con otros colegas con similares problemáticas y organizar debates sobre temas de común interés. Todo ello enriquece su desarrollo profesional docente y es el detonante de que configuren poco a poco su propia ecología, incluso a veces sin ser conscientes.

Acerca del autor

Tiching

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Comentarios(2)

  • Augusto Najarro Rojas

    Gracias Tiching y Lourdes Guardia por ampliar nuestra información sobre el manejo de las TIC que genera una gran oportunidad en los docentes y estudiantes construyendo las ecologías del aprendizaje. Sin embargo, hay una gran preocupación en las escuelas donde no tienen acceso a estos medios, tanto estudiantes como docentes, perjudicando el acceso a a estos medios de comunicación. La preocupación debe salir de los gobernantes, y los propios docentes que se conforman con forma de trabajo tradicional.

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