¿Que echa de menos en la educación alimentaria actual?
La didáctica de la educación alimentaria abarca un conocimiento científico muy amplio,  pero también aspectos que tienen que ver con lo social, lo antropológico, lo histórico, que definen y condicionan la dimensión sanitarista que es la más extendida. La acción de comer no está restringida al saciamiento nutritivo del organismo, sino que conlleva una serie de valores, de enfoques multi referenciados que convierten la acción de alimentarse en algo más complejo de lo que creemos.

¿Que tres aspectos básicos destacaría de la educación alimentaria?
En primer lugar, la representación inicial que los alumnos tienen respecto a la alimentación. Lo que decíamos explicar que la alimentación no es solo nutrirse, sino que abarca más elementos.

En segundo lugar, abordar precisamente las distintas disciplinas que convergen en el acto de alimentarse, desde el análisis de los componentes de los alimentos, hasta los sistemas de producción o la tradición cultural que arrastramos.

Y por último, creo que un enfoque sincrónico y diacrónico daría a los alumnos una visión mucho más real y certera de lo que implica alimentarse. Observar el mismo fenómeno aquí y ahora y a la vez en otros puntos del planeta y en perspectiva histórica.

Ciertamente, no en todo el mundo se come lo mismo y de la misma manera. ¿Cómo debemos abordar este tema con los alumnos?
Los chicos y chicas deben saber que la alimentación no es algo estático. No hay una receta única de alimentación sana pese a que en los últimos años nos hayan inculcado una serie de listas y tablas con lo que debemos comer y lo que no. Ahora mismo se está enseñando a comer de forma descontextualizada, sin prestar atención a las condiciones reales en las que se lleva a cabo la alimentación de cada individuo.

¿A qué te refieres?
A que cada persona tiene un entorno que condiciona su alimentación. Por ejemplo, la entrada de la mujer al mercado laboral ha provocado un cambio en la alimentación de muchas familias. El ritmo de vida que llevan los padres y los niños y niñas tampoco es el que era antes. Y a veces pretendemos ceñirnos a prescripciones que no tienen en cuenta estas variables y que son imposibles de llevar a cabo debido a las condiciones del entorno.

¿Qué debemos incorporar a los conocimientos que se dan en la escuela?
Debemos dar una educación alimentaria integral que englobe todos los aspectos en los que está involucrada la comida. Sólo de esta forma, contextualizando dicha acción, lograremos aprender a comer mejor según el contexto que nos rodea. Debemos promover un conocimiento genuino desde la escuela.

¿Cree que con una educación alimentaria integral se favorecerá de forma certera los hábitos de los futuros adultos?
Si, sin duda. Además hay estudios e investigaciones que lo corroboran. Por ejemplo incorporar la cocina a la escuela con talleres, con experimentos, con conocimientos sobre lo social de comer, etc., favorece que los alumnos se interesen, empiecen a cocinar, empiecen a incorporar productos e ingredientes que antes no utilizaban, etc.
Hay que incorporar estrategias didácticas que les dan protagonismo a los chicos y chicas a la hora de decidir.

¿La educación alimentaria que se ha impartido hasta ahora no ha logrado los resultados esperados?
No. Tenemos casos graves de epidemias de sobrepeso y obesidad y  al a vez casos de desnutrición en un mismo país. Esto se debe, como decía antes, a la descontextualización del hábito de comer.

¿Donde debe liderarse este cambio en la concepción de la educación alimentaria, en casa o en la escuela?
Desde la perspectiva del conocimiento desde la escuela, por supuesto.  Tenemos una visión sesgada y empobrecida por la invasión de los estereotipos de “lo saludable”, “ lo que debemos comer” “lo correcto”. La escuela debe generar ese conocimiento genuino, pero al ser la alimentación un hábito estrictamente ligado a lo privado, deberíamos encontrar fórmulas de incorporar la participación de la familia.

¿Por ejemplo?
Algunos docentes lo hacen de manera intuitiva, invitan a las abuelas para que cocinen con los chicos o promueven el intercambio de recetas caseras en clase. Son acciones, como digo, intuitivas pero me parece que están bien encaminadas.

Pero la vida sana no es solo alimentarse bien.
Correcto. De hecho debemos promover una educación en estilos de vida. Cada vez nos recluimos en espacios más pequeños, disfrutamos menos del aire libre y apostamos por vidas muy sedentarias. La escuela también debe incidir en esto y promover actitudes saludables, fomentar el deporte, y en definitiva hábitos que no agredan a nuestra salud pese al ritmo de vida que llevamos.
En la escuela debemos enseñar a vivir, a dar pautar para que los chicos y chicas sean capaces de tomar decisiones sobre la vida.

¿Cree que hay suficientes recursos didácticos para trabajar sobre la alimentación y la vida saludable?
Desde la perspectiva integral se ha trabajado muy poco. Hay un gran trabajo hecho desde la nutrición y no hay que desvalorizarlo, pero realmente falta material para abordar todos los aspectos que hemos comentado hasta ahora.

¿Qué recomendaciones daría a los profesores que quieren trabajar la educación alimentaria de sus alumnos desde una perspectiva integral?
Realmente hay poco material para trabajarlo, pero también es un reto construirlo. Desde el ministerio de Educación de Argentina hemos promovido material que está abierto disponible en nuestra web para docentes y familias. También acabamos de inaugurar un observatorio con material didáctico interesante con recursos que permiten trabajar una mirada más amplia, lo pueden encontrar en odeea.com

¿Cómo cree que podemos aprovechar las nuevas tecnologías y las herramientas digitales de las que disponemos para abordar la educación alimentaria de forma correcta y eficiente?
Debemos aprovechar los cruces de información el intercambio, la posibilidad de dialogar con personas que están muy lejos. También es importante implicar a los chicos y chicas en su propia educación a través de la tecnología. ¡En vez de prohibir que la usen en clase, démosle un uso didáctico!

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Tiching

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