Aprovechando que en países como España o México nos encontramos en plenas vacaciones escolares, puede ser un momento idóneo para que los más pequeños comiencen una actividad de voluntariado que, con suerte, mantengan ya también a lo largo de todo el próximo curso. ¿Quieres conocer un poco más sobre este tipo de proyectos?

Las ventajas de potenciar en los más pequeños este tipo de actividades son muchísimas, ya que se trabajan los valores de una forma transversal y siempre desde la práctica. Algunas de ellas son:

•  Aprender la importancia de participar activamente en la sociedad. Es importante que ya desde pequeños entiendan la importancia de ser sujetos activos, que se impliquen en la realidad social y política de su entorno.
• Aumentar su sentido del compromiso, siendo capaces de adquirir responsabilidades y de asumirlas. Al comprometerse con determinadas causas y responsabilizarse del cumplimiento de determinadas tareas, entendiendo que de ello dependen otras personas, será más sencillo que desarrollen capacidades como el trabajo en equipo o la resolución de problemas.
• Conocer otras realidades y personas, adquiriendo tolerancia y respeto hacia lo diferente. Únicamente compartiendo experiencias con personas de otras razas, países, edades, identidad sexual o capacidad se puede aprender que no son tan distintos a uno mismo, y entender también sus propias necesidades.
• Desarrollar el espíritu crítico y la capacidad de analizar la realidad y las consecuencias de los propios actos y los de los demás. Lo ideal es acompañar la actividad de voluntariado con contenido, para que puedan contextualizar el porqué del mismo. Así, si hacemos una batida para limpiar el bosque, podríamos organizar un debate posterior sobre el cambio climático o la sociedad de consumo. O si recogemos alimentos para países empobrecidos, realizar alguna actividad para tratar la crisis de la deuda o las relaciones entre Norte y Sur.

Pero, ¿se puede hacer voluntariado a cualquier edad? ¡Claro! Algunas interesantes propuestas que seguro que puedes encontrar en tu pueblo o ciudad son: acompañamiento a personas mayores, cuidado de animales y el medio natural, defensa de los derechos de colectivos en riesgo de exclusión social, cooperación con países empobrecidos…

Lo importante es que los más pequeños no entiendan el voluntariado como un acto de caridad, sino una forma necesaria de contribuir a construir una sociedad mejor, en la que el aprendizaje es mutuo y todas las personas implicadas salen beneficiadas. Sería muy esperanzador que el voluntariado deje de ser “voluntario” para convertirse en un deber ético y social que toda persona que vive en comunidad tiene con la naturaleza y con aquellos que le rodean, ¿verdad?

Tres geniales recursos que no te puedes perder

Si te interesa el tema, echa un vistazo a estos materiales que hemos seleccionado:

1.  Guía de ALBOAN para el voluntariado: Un documento que esta ONG ha colgado en su web y en el que podrás encontrar una primera toma de contacto con el tema, y cuyo objetivo es animar a implicarse en un proyecto de voluntariado a aquellos que ya tienen un cierto interés en ello.
2. Material dirigido al profesorado: ¿Cómo es el perfil de la persona voluntaria? ¿En qué ámbitos se pueden encontrar proyectos de voluntariado? En esta completísima guía para educadores y docentes podrás encontrar la respuesta a estas y otras preguntas, junto a geniales actividades para llevar a la práctica con los jóvenes.
3. Voluntariado para la ciudadanía global: No te pierdas este manual con técnicas para trabajar la cooperación, la comunicación, la multiculturalidad… todo ello mientras reflexiona sobre el papel del voluntariado en la actualidad, impulsando un cambio para convertirlo en nuevas oportunidades de participación y de movilización social.

¿Qué te parece fomentar el voluntariado ya desde pequeños? ¿Has tenido experiencias sobre ello? ¡Comparte con la comunidad educativa tus conclusiones y proyectos en Tiching!