Dormir bien nos permite levantarnos cada día con fuerzas y energías para enfrentarnos a otra jornada en la que aprender y pasarlo en grande. Y para los más pequeños este momento es más importante todavía: el sueño tiene un rol muy importante en la consolidación de la memoria y otras actividades cognitivas, y es cuando aumenta la secreción de la hormona del crecimiento. ¡Debemos darle entonces la importancia que se merece!

Los niños necesitan diferente cantidad de horas de sueño dependiendo de su edad. La mayoría de los niños en edad preescolar necesitan entre 10 y 12 horas diarias; a los nueve años, cerca de 10 horas, y al llegar a la pubertad, entre ocho y nueve horas, aunque muchos duermen menos.

A menudo los más pequeños sufren alteraciones en el sueño, que en su mayoría son producidas por malos hábitos a la hora de dormir. Generalmente esto tiene consecuencias muy negativas, como hiperactividad, irritabilidad, dificultad para controlar las emociones, aumento de la impulsividad… ¡Toma nota de estas ideas para disfrutar de una mayor calidad del sueño!

7 consejos para ayudar a los más pequeños a dormir mejor

1. Establece un horario regular: Es importante que todos los días se acuesten y se levanten a horas similares, que asuman una rutina de descanso y su cuerpo se acostumbre a ella. El sueño es rutinario, y le encantan los horarios estables, aunque los sábados y domingos puedan irse a la cama algo más tarde.
2. Sigue un ritual para dormir: Convierte la preparación para ir a dormir en un ritual agradable. Puede incluir un baño caliente, algo de música para desconectar, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente, lavarse los dientes . .
3. Antes de ir a la cama, sólo actividades tranquilas: Leer una historia antes de dormir es una buena manera de relajarles y que luego duerman más tranquilos. Se deben evitar las actividades que les exciten y alteren, como los videojuegos o la televisión, y que tomen alimentos y cafeína antes de irse a dormir.
4. El dormitorio es para dormir: Debemos crear un ambiente tranquilo, casi a oscuras, para reducir la temperatura corporal y fomentar el descanso. Se deben evitar los ruidos, utilizar colores relajantes, una cama confortable…¡y no debe haber aparatos electrónicos (consolas, ordenadores…) con los que distraerse!
5. Cenas ligeras: La cena no puede ser pesada, pero tampoco hay que irse a la cama con hambre. Intenta que pasen dos horas desde que cenáis hasta que se van a la cama, aunque justo antes pueden tomar un vaso de leche caliente o una infusión para favorecer la relajación del organismo.
6. Evita el sedentarismo: Hacer ejercicio de manera regular no sólo contribuye a estar en forma y hacer que nos sintamos mejor, si no que ayuda a relajarse y descargar tensiones y, en consecuencia, dormiremos mucho mejor. Eso sí, tienes que dejar un buen rato entre una cosa y otra: el ejercicio, siempre al menos un par de horas antes de dormir.
7. No abuses del sueño: Evita las siestas prolongadas (con 30 minutos es más que suficiente) y que pasen en la cama más tiempo del necesario. Una vez hayan dormido sus horas, es importante que se levanten y disfruten del día. ¡Sobre todo que no vean la tele o estudien y hagan los deberes en ella!

No obstante, irse a dormir se complica cuando el niño tiene miedo a la oscuridad o a quedarse solo por la noche. En estos casos, te recomendamos que intentes tratar el tema de manera comprensiva y calmada, e intenta averiguar las razones de esos miedos para poder enfrentarlos juntos. También existen algunos recursos pensados especialmente para estos casos, como este audiocuento u otros cuentos infantiles. ¡Quizá pueden ser de mucha utilidad!

¿Qué opinas de la higiene del sueño, te parece importante? ¿Conoces más ideas o recursos para mejorarla? ¡Compártelos con otras personas de la comunidad educativa!